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La alegría alcista nos acerca otra vez a las resistencias que frenaron la recuperación previa

Ainhoa Giménez, Bolságora
24/07/2006 - 23:55

Pero los grandes fondos de Wall Street siguen teniendo una actitud muy cautelosa

Sabemos que estamos un poco pesados últimamente con lo complicado que es un movimiento lateral y lo poco fiables que son sus señales. Pero es que el mercado nos da muestras de ello todos los días. El miércoles pasado vimos una “clara” señal alcista que dio paso a un hundimiento posterior del mercado. Lo cual a su vez generó otra “clara” señal bajista en el Nasdaq el viernes, con la perforación de sus mínimos anuales. Señal que dio paso ayer a una subida superior al 2%. ¿Otra clara “señal” alcista? Para muchos analistas sí lo fue, aunque, visto lo anterior, se lo callarán prudentemente.

Vamos a ver: ¿Por qué la señal de ayer va a ser más fiable que las anteriores? Es decir, ¿qué razones hay para pensar que esta vez se van a superar las resistencias que frenaron anteriores intentos? Fundamentalmente, los resultados de Wall Street han crecido un 14,9% en lo que va de la temporada y han batido las expectativas por 4,6 puntos porcentuales como media. No está mal pero seguimos con poca visibilidad sobre 2007.

Si partimos de que la bolsa es un juego de oferta y demanda, romper las resistencias requiere una entrada de dinero más importante que la vista hasta ahora. Y no parece que los gestores estén por la labor. Según State Street, banco especializado en custodia de valores, los grandes inversores se encuentran en modo de “la seguridad primero”. Es decir, tienen una actitud muy cautelosa ante el riesgo, aunque no han alcanzado el “punto de disturbios”, en el que venden todas sus posiciones en renta variable.

Según Philip Coggan, columnista del Financial Times, esta indecisión de los gestores se debe a la incertidumbre entre dos escenarios opuestos: el de la subida de tipos de los bancos centrales y el consiguiente temor a un estrangulamiento de la liquidez mundial (exacerbado por las cuestiones geopolíticas); y el de la solidez de las previsiones de los resultados empresariales en EEUU en 2006 y 2007.

A juicio de Coggan, para que el sentimiento se incline hacia uno u otro escenario, hace falta bien una visibilidad clara del final de las subidas de tipos, bien una revisión claramente a la baja de las estimaciones de beneficios empresariales. Hoy por hoy, tenemos pocos elementos para concluir. Pero agosto será un mes apasionante.