Desde mediados de octubre podemos observar como la volatilidad va aumentando.
Lo hace de forma sostenida y poco a poco se acerca a niveles de julio y agosto pasado, fecha en la que hay que recordar que los mercados de renta variable sufrieron fuertes caídas. Efectivamente, en el mercado volatilidad es sinónimo de riesgo y un aumento en la misma suele ir asociada a caídas en la Bolsa. Ahora bien, el riesgo que vemos no es por el aumento de la volatilidad sino por el entorno en la que se da esta circunstancia, esto es, un mercado de marcado carácter lateral. Si ya es difícil tratar de ganar en un mercado lateral lo es mucho más si la volatilidad es alta ya que lo que hoy es una señal clara de compra mañana lo es de venta y todo en un espacio tan reducido que no deja margen de maniobra.
Con una volatilidad definida podemos medir el riesgo pero si la subestimamos se puede llegar a perder mucho más de lo inicialmente previsto y entrar en una espiral negativa difícil de controlar. En estos casos nuestra sugerencia es la de tomar una posición defensiva y la mejor defensa en Bolsa no es un buen ataque sino la tranquilidad que da la liquidez. Operar lo menos posible es clave en estos momentos, descartando muchas pautas o patrones que en un mercado con tendencia suelen funcionar muy bien pero que en el actual contexto fallan más que una escopeta de feria. Por otro lado, en este tipo de situaciones hay que tratar de buscar referencias de soporte y resistencia importantes, huyendo de puntos intermedios. Por ejemplo, en el caso del IBEX 35, no habrá confirmación de un giro bajista sensible mientras no se pierdan los 15000 - 15200 y no habrá peligro de quedarse fuera de un movimiento alcista fuerte mientras no se superen los 16000.