La Fed, siempre la Fed. Cuando Wall Street se centra en la política monetaria, no tiene ojos para nada más. UBS anuncia otros 10.000 millones de pérdidas en activos subprime y tiene que ampliar capital. No importa. SG provisiona otros 4.300 millones. ¿Y qué? Las viviendas pendientes de venta volvieron a subir en octubre. ¿A quién le importa? Ahora mismo Wall Street es Bernanke y, si acaso, el plan del Gobierno para rescatar a los hipotecados con menos recursos. Y las cotizaciones suben.
Los índices prolongaron ayer la escalada de la semana pasada, con otro avance del 0,74% para el Dow Jones (que recuperó los 13.700 puntos), del 0,75% para el S&P 500 y más moderados, del 0,47% para el Nasdaq.
El problema llegará hoy si la Fed se limita a bajar los tipos 0,25 puntos y no los 0,50 que se esperaban antes del viernes, y, sobre todo, si el comunicado apunta a que se han acabado las bajadas de tipos. En ese caso, el mercado puede despertar del golpe desde el ensueño actual a la dura realidad.
Ayer el sector más alcista fue de nuevo el bancario, que se encuentra en clara recuperación. Así lo escenificaron sus representantes en el Dow: JP Morgan se anotó el 2,8% y el sufrido Citigroup recuperó el 1,2%. Aparte, McDonald’s dio unas cifras de ventas mejores de lo esperado y se anotó el 3,1%. Blackstone remontó el 6,6% por las comisiones que cobrará al romperse la opa sobre Rio Tinto.
En otros mercados, el petróleo empezó repuntando hasta tocar los 90 dólares, pero acabó bajando hasta 87,86. El dólar esperó la reunión del banco central con nuevas caídas, con lo que el euro recuperó los 1,47 dólares. Los bonos, por el contrario, se decantaron porque el de hoy será el último recorte de tipos: su precio volvió a caer y su rentabilidad subió al 4,16%.