Llevamos dos sesiones de escaso negocio y caídas moderadas, en las que han reinado la dejadez y la falta de interés, pero no el miedo y una carrera para salir del mercado a toda prisa. Ahora bien, tampoco se detecta ningún interés comprador, ni siquiera en los valores que rebotaron ayer con fuerza después de las recientes caídas.
Si esta debilidad continúa a lo largo de esta semana y durante la próxima, los numerosos inversores que están esperando el famoso 'rally' de fin de año verán decepcionadas sus expectativas. Y es que el elevado nivel actual de optimismo y la resistencia del mercado al aluvión de malas noticias responden sobre todo a la fe, la esperanza, las bajadas de tipos y la creencia de que las valoraciones son baratas tras las recientes caídas.
Por ello, este optimismo es muy vulnerable a un par de semanas bajistas, aunque las caídas no sean excesivas. Como todos sabemos, el mercado está pendiente de la reunión de la Fed y lo más probable es ver subidas cuando se confirme el nuevo recorte de tipos (especialmente si al final es de medio punto). Pero si el optimismo se reduce, estas subidas posteriores a la Fed sólo permitirán un 'trade' rápido, no una inversión a largo plazo.