El calendario bursátil por el que se rigen no pocos inversores (y con no poco éxito, hay que admitirlo) señala que esta semana da comienzo el famoso 'rally' de Navidad o de Santa Claus, que se anima con las ventas de los comercios el día después de Acción de Gracias (el viernes pasado, el no menos famoso viernes negro) y que suele durar hasta Nochebuena
Pero ésa es la regla y una regla que, además, suele darse sólo en las tendencias alcistas definidas. Pero este año el escenario está muy difícil y hay dudas incluso sobre si todavía estamos en tendencia alcista. Así que los observadores menos sesgados no confían en ver esa remontada final del año, al menos de momento.
La crisis de crédito es demasiado fuerte como para hacer apuestas de futuro, así que muchos gestores han dejado de buscar suelos -incluso en el sector financiero- y prefieren ponerse en liquidez para salvar los restos del naufragio antes de que las cosas se pongan peor. Y los que están dispuestos a comprar, tienen más mentalidad de trading a corto plazo que de inversión estratégica.
Hay analistas que esperan cierta mejoría -que ya empezó en la media sesión que abrió Wall Street el viernes- con las cifras de ventas del viernes negro que se publicarán a partir de hoy. Las expectativas son muy positivas, gracias a las tremendas promociones de algunos centros comerciales (por ejemplo, Wal-Mart ofertaba una TV de plasma de 50 pulgadas por 300 dólares). Sin embargo, estas esperanzas chocan con la caída en picado de la confianza del consumidor conocida también la semana pasada.
Otros elementos para la esperanza vienen del campo técnico: la fuerte sobreventa acumulada en las últimas sesiones y la proximidad de soportes de gran relevancia, que aguantaron el miércoles pasado y permitieron el rebote del viernes. Pero en este entorno pocos confían en una recuperación sostenible desde estos niveles hacia máximos históricos.
Aparte de las ventas de los comercios, la semana tendrá referencias como las ventas de casas usadas (martes) y nuevas (jueves), el Libro Beige y los pedidos duraderos (miércoles), la revisión del PIB del tercer trimestre (jueves) y el índice de gerentes de Chicago, los gastos e ingresos personales (con el PCE, la medida de inflación favorita de la Fed) y el gasto en construcción (viernes). Estos datos ayudarán a despejar la niebla sobre si Bernanke bajará de nuevo los tipos el 11 de diciembre a la vista del empeoramiento de la crisis o no.