No hay alivio para el dolor en Nueva York. El intento de rebote inicial de ayer quedó frustrado al cierre y los índices cosecharon nuevas pérdidas que se añaden al desastre de la semana pasada. En especial el Nasdaq, que confirma que ha terminado su brillante escalada (al menos de momento) y que eso de refugio contra la crisis de crédito ha pasado a mejor vida.
Ayer, el índice tecnológico sufrió otro severo castigo del 1,67% después de hundirse el 6,5% la semana pasada. La desconfianza reina entre los inversores y el dinero huye a toda prisa, por lo que lo más probable es que continúen los descensos con o sin cierto rebote intermedio. La enorme debilidad del Nasdaq acabó por arrastrar al Dow Jones, que bajó el 0,42%, y al S&P 500, que se dejó el 1%.
Si lo del Dow no fue peor fue porque el sector financiero logró un ligero rebote tras los desplomes de la semana pasada, animado por las noticias de que finalmente podrá lanzarse el famoso megafondo de 75.000 millones para comprar activos de crédito hundidos. Pero ese rebote se quedó casi en nada al cierre, así que hay que esperar más caídas próximamente en la banca.
En el lado negativo, el broker online E-Trade se desplomó el 58,7% después de anunciar pérdidas en activos de crédito. Asimismo, la firma de capital riesgo Blackstone se hundió el 8,3% tras anunciar unas fuertes pérdidas en el trimestre, y Countrywide se dejó el 4,6% por la posibilidad de que su 'rating' caiga por debajo del grado de inversión.
Ayer no hubo datos económicos ni tampoco sesión en el mercado de deuda por celebrarse el día de los Veteranos, lo cual también restó volumen a Wall Street. En las materias primas, el petróleo cayó con fuerza por los rumores de que Arabia Saudí por fin va a elevar la producción: el barril cerró en 94,62 dólares. El oro también corrigió con fuerza hasta 807,7 dólares, mientras que el dólar rebotó e hizo caer al euro hasta 1,4535 unidades.