El índice Nikkei ha cerrado la sesión con una subida del 5,70%, hasta los 9.093,72 puntos, después de haber sufrido el día anterior la tercera caída mayor de la historia. Esta caída llevó al Nikkei a alcanzar el soporte clave en tendencia que presenta a la altura de los 8.600 enteros, justamente donde cerró ayer tras haber llegado a alcanzar de forma intradía los 8.200. El mantenimiento de este soporte es fundamental para que el Nikkei no confirme un deterioro técnico no solamente a corto sino también a medio plazo. De hecho, por debajo de los 8.600 no hay soporte relevante hasta los 7.000 enteros, si bien habría que ver como actúan los recientes mínimos establecidos en los 8.200 puntos, que son el origen del actual rebote de corto. En plazos cortos es pronto para poder hablar de que el riesgo bajista se ha alejado puesto que la reacción alcista podría ser un mero rebote fruto de la sobreventa, tras el cual las caídas retomarse. Las resistencias a vigilar se localizan en los distintos huecos abiertos en la bajada, el último de ellos en la zona de los 9.500 puntos.