Wall Street sigue con ganas de subir. Quedó totalmente claro el viernes con la reacción al dato de paro: salió bueno, desmontó prácticamente las esperanzas en nuevas bajadas de tipos y fue recibido con máximos históricos en el Dow Jones y el S&P 500.
Como ya habíamos avisado en Bolságora, el mercado estaba dispuesto a subir en cualquier escenario salvo que hubiera sido nefasto de verdad; incluyendo el escenario de un buen dato, porque el mercado iba a interpretar que fortaleza de la economía hace innecesarios más recortes de tipos. Y así fue.
Con un mercado con tantas ganas de subir y que la semana pasada demostró claramente su fortaleza -ésta se demuestra en las correcciones, que fueron ridículas para tantas incertidumbres como pesan en el escenario-, casi todo el mundo espera una continuidad alcista esta semana. Ya se sabe que no hay que desafiar a la tendencia, y menos si ésta ha sido capaz de ignorar la mayor crisis de crédito desde hace 15 años y una continua sucesión de malas noticias en este sentido (la última fue el 'profit warning' de Merrill Lynch, que pasó desapercibido el viernes).
Ahora bien, la continuidad alcista tampoco va a ser un camino de rosas, puesto que esta semana se enfrenta con grandes obstáculos. El primero es técnico: los máximos históricos citados, que fueron alcanzados pero no rebasados el viernes. Si hay una resistencia dura, es ésta. Claro que, volviendo la oración por pasiva, si los récords son rotos claramente, el 'rally' posterior puede ser espectacular.
El segundo obstáculo es la pléyade de datos económicos previstos para esta semana. Los más relevantes serán los relacionados con el consumo privado -ventas minoristas y sentimiento del consumidor (ambos viernes)-, que deben mostrar si ésta variable ha aguantado bien la crisis inmobiliaria y de crédito o si por fin empieza a venirse abajo. Otras referencias destacadas serán las actas de la reunión en que la Fed bajó medio punto (martes), los inventarios mayoristas (miércoles), los precios de importación y el déficit comercial (jueves) y los precios industriales e inventarios empresariales (viernes).
El tercer obstáculo viene de la arena empresarial y es doble. Por un lado, existe el riesgo de nuevos desastres provocados por la crisis, como el de Merrill Lynch. Hasta ahora, el mercado ha aguantado estas noticias, pero todo tiene un límite. Por otro lado, comienza la temporada de resultados del tercer trimestre con la tradicional Alcoa en primer lugar. Como saben, el principal argumento alcista es que las valoraciones son bajas porque los beneficios van a seguir creciendo a buen ritmo. Si esto es así, miel sobre hojuelas. Pero si empieza a haber decepciones relevantes, el optimismo se puede evaporar muy rápidamente del mercado. Aparte de Alcoa, rendirán cuentas esta semana Costco, Pepsico, Monsanto o Infosys.