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Mandan los alcistas pero la batalla decisiva se espera tras la reunión de la Fed del 18-S

Alain Galibert, Bolságora
12/09/2007 - 7:16

Los optimistas quieren aprovechar la oportunidad de una reactivación probable de la economía mientras los bajistas encuentran sus argumentos en el precedente de 2001

Se publicaron ayer dos estadísticas escalofriantes para los próximos meses. Primero, una encuesta de la consultoría Campbell Communications con una cesta de 1.744 brokers inmobiliarios reveló que un 57% de los tenedores de hipotecas a tipo variable no pudieron en agosto refinanciar su hipoteca para evitar cuotas más altas. En segundo lugar, se dio a conocer que aproximadamente unos 265.000 millones dólares de papel comercial con colateral ('asset-backed comercial paper') vencen en las dos próximas semanas sólo en Estados Unidos y un poco menos en Europa.

Ambas noticias no están directamente relacionadas pero nos recuerdan que más allá del ruido del mercado, la crisis sigue alterando el panorama de los próximos meses.

Según Lehman Brothers, casi 5 millones de hipotecas a tipo variable sufrirán de una subida de su tipo en los 18 próximos meses tras el endurecimiento de las normas de crédito para los clientes más frágiles. El alto porcentaje de familias ya con problemas de refinanciación puede anunciar más dificultades en el futuro, lo que no apunta a una estabilización próxima del mercado inmobiliario.

Tampoco incita al optimismo el enorme importe de papel comercial con vencimiento en septiembre. Recordemos la mecánica infernal detrás del colapso de este mercado poco conocido del inversor: los vehículos de inversión creados por los bancos y otras entidades para comprar los activos de alto riesgo buscan aquí el dinero para refinanciarse. ¿Qué puede pasar en las próximas semanas sabiendo que los activos que han comprado han perdido valor y que hay pocos compradores enfrente? Parte del papel puede desaparecer tras la venta con descuento de los activos correspondientes. Otra parte se puede refinanciar en el mismo mercado, pero a tipo más alto, o se refinanciará mediante bonos a medio plazo o préstamos.

Sabemos que la Fed ha gestionado hasta ahora la presión sobre los tipos mediante la inyección de liquidez. Pero una mayoría de analistas dudan ahora de que la estructura de los tipos monetarios se pueda normalizar sin un recorte significativo de los tipos. Por no hablar de los millones de hogares en la antesala de una debacle financiera si una caída de los tipos no puede neutralizar el endurecimiento de las condiciones de crédito. En resumen, nos acercamos a un escenario de reactivación global de la economía cuyo primer acto tendrá a la Reserva federal como protagonista y el segundo será el propio gobierno si seguimos con el hundimiento del mercado inmobiliario.

Por todo eso estamos en un momento clave de los mercados y no nos debe extrañar la volatilidad extrema de los precios. Por un lado, los alcistas no dudan de que estemos en una crisis parecida la de 1998. Cuanto peores salen los datos, más crecen las expectativas de caída de los tipos y las perspectivas de reflación. La renta variable saldría vencedora de una crisis finalmente sin consecuencias duraderas sobre el conjunto de la economía.

Los bajistas no creen en la eficacia del arma de los tipos. Esperan un colapso de la economía y encuentran sus referencias históricas en la recuperación abortada de 2001: la recuperación de Wall Street, iniciada gracias a la caída de los tipos de la Fed, terminó en nuevos mínimos y un ‘gran’ mercado bajista que duró 2 años. No espere una resolución del debate antes de la reunión de la Reserva federal, como pronto.