El crecimiento de la masa monetaria de la eurozona aceleró en abril hasta un 8,8% desde un 8,5% registrado en marzo. Los prestamos al sector privado crecieron un 11,3% anual, la tasa más alta vista desde el lanzamiento del euro en 1999. Claramente, estas cifras no pueden gustar al BCE que busca un crecimiento de M3 no superior al 4,5%-5% aunque la masa monetaria no sea normalmente el primer objetivo del banco central. Sin embargo, el consejo del BCE hizo claro este año que el control de la liquidez se ha convertido en una prioridad para garantizar la estabilidad de las expectativas de inflación a largo plazo. En este entorno, las estadísticas monetarias tienen y tendrán más protagonismo en las decisiones de política monetaria.