El Dow Jones alcanza máximos de cinco semanas gracias a la menor tensión en Irán y al mercado inmobiliario. Después de varias semanas de clara divergencia entre una Europa que se recuperaba a marchas forzadas (y qué decir de España) y una bolsa norteamericana estancada, ayer esta última dio el salto adelante.
Y lo hizo como debe ser: con una subida contundente, que llevó al Dow Jones a máximos de cinco semanas.
Este índice se anotó el 1,03%, 128 puntos, hasta 12.510,3 puntos. No se quedaron atrás el S&P 500, que recuperó el 0,93%, ni el Nasdaq, que vuelve a enfrentar su resistencia 'maldita' de los 2.500 tras subir el 1,16%.
No es que el escenario se haya aclarado mucho, pero al mercado le bastaron un par de buenas noticias para venirse arriba. Y eso siempre es una señal alcista. Por un lado, la rebaja de la tensión en Irán, que tuvo su traducción en un recorte del petróleo hasta perder los 65 dólares. Por otro, un buen dato de venta de viviendas, una nueva contradicción después del flojo ISM industrial del lunes. Bueno, no tanto: el mercado inmobiliario y no la industria es la gran amenaza para la economía de EEUU, de ahí que las buenas noticias en este campo sean celebradas con alegría.
Este dato, junto a la noticia de que una firma hipotecaria 'subprime', Accredited Home Lenders, había recibido una inyección financiera de un gran banco provocó fuertes repuntes en estos valores tras el batacazo de la víspera. Accredited recuperó el 18,4% y New Century, la que empezó la crisis y que el lunes se declaró en quiebra, remontó el 10,4%.
Aparte, tuvimos subidas generalizadas en el sector de Internet después de que Google firmase un acuerdo con EchoStar Satellite y Astound Cable para vender publicidad en TV. Las ventas de los fabricantes de automóviles norteamericanos volvieron a ser malas, con nuevas pérdidas de cuota a favor de los japoneses. Ford y DaimlerChrysler bajaron, pero General Motors recuperó el 2,1%.
En otros mercados, el dólar subió a máximos de un mes frente al yen, por el resurgimiento del 'carry trade' (tomar dinero prestado a tipos muy bajos en Japón para invertirlo en EEUU). El dólar también recuperó algo de terreno frente al euro, que acabó en 1,3328. Los bonos sufrieron la presión del dato de vivienda, que hizo bajar su precio y subir su rentabilidad hasta el 4,67%.