Si se agrava la crisis de las hipotecas en EEUU, surgirán voces que pidan otra vez más reglementación de los 'hedge funds'
¿Cuál es la conexión entre la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos y los famosos 'carry trades' (préstamos a tipos muy bajos para invertir en activos más rentables) en yenes o en francos suizos? Por supuesto, ambos encabezan el 'hit-parade' de las causas del desplome de la renta variable. Pero hay más. En un mundo que cada día está más integrado, son la cara y la cruz del mismo fenómeno: el exceso de liquidez frente a unas oportunidades de inversión limitadas.
Muchos analistas en Wall Street recuerdan que estas famosas hipotecas 'dudosas' -comparables con los 'bonos basura' de las empresas- forman parte de esos activos arriesgados que compraban los fondos más agresivos que utilizaban el carry trade (los bancos de inversión titulizaron esas hipotecas arriesgadas y las vendieron en forma de bonos a los inversores más agresivos). Y si dichos fondos no tienen otra salida más que cerrar -o al menos reducir- las posiciones abiertas en yenes, la contrapartida de ese movimiento será la liquidación de los bonos sobre esas hipotecas de alto riesgo. Esto provoca el drenaje de liquidez que está destrozando a este segmento del mercado inmobiliario norteamericano.
El veterano gurú de Wall Street Henry Kaufman, ex economista jefe de Salomon Brothers y que, al igual que Greenspan o Russell, habla del mercado desde el pedestal que le dan sus 80 años, tiene toda la razón en ver al ‘culpable’ de la crisis en el 'exceso de liquidez', en versión siglo XXI. Concretamente, Kaufman habla de la creciente confusión en el mercado global entre liquidez (de forma resumida, los activos monetarios en circulación) y el acceso al crédito. Estamos en la era del crédito fácil, y eso aumenta el apetito por el riesgo, es decir, baja las primas de riesgo, en Madrid, Londres, Tokio o Shangai.
Si Kaufman no se equivoca -algo que parece que empieza a asumir el mercado desde finales de febrero-, nosotros, los pequeños inversores, tendremos que aprender a vivir con estas mini burbujas que estrellan cada año para limpiar el mercado del exceso de apalancamiento. En 2006, la crisis de las materias primas terminó sin daños colaterales, excepto para algunos hedge funds (Amaranth) y para las carteras de algunos inversores invertidas masivamente en esta clase de activos. Este año, la cosa va más en serio debido al efecto dominó del sector inmobiliario en los bancos.
Algunos analistas minimizan el problema con el argumento de que, si la crisis alcanza dimensiones preocupantes, la Reserva Federal no tendrá más remedio que acudir al rescate y bajar los tipos para suministrar la liquidez que haga falta. Pero esta política sería, al mismo tiempo, causa y remedio de la enfermedad; toda una paradoja. No faltarían voces para denunciar las incoherencias de la política monetaria: un mismo instrumento, los tipos de interés, no puede servir al mismo tiempo para controlar la inflación y/o sostener el crecimiento y luchar contra los excesos de la globalización financiera.
De ahí a pedir más control sobre los hedge funds y sobre la libre circulación internacional de capital, hay un paso. Y los Gobiernos no dudarán en darlo si el crecimiento global estuviera amenazado por una contracción del crédito -el famoso 'credit crunch' que evitó la Fed con sus masivas bajadas de tipos en 2001 y 2002- en Estados Unidos.