Después del contraataque bajista del martes, el Dow Jones enfrentaba ayer su soporte crítico de los 12.000 puntos. Y la cosa empezó muy mal, puesto que este nivel era perforado en la apertura con caídas en torno al 1%, en medio de más malas noticias sobre el mercado hipotecario. Sin embargo, como suele ocurrir, cuando todo parecía perdido, apareció el dinero.
El Dow inició una remontada que lo llevó hasta 12.133,4, con un alza final del 0,48%. La recuperación en los demás índices fue aún más fuerte: el S&P 500 se anotó el 0,67% y el castigado Nasdaq, el 0,9%.
Así pues, el Dow Jones salvó su segundo 'match-ball' en la zona crítica (el primero tuvo lugar el 5 de marzo), la que marca la frontera entre una corrección como la de mayo del año pasado y algo mucho más feo. Incluso se abre la posibilidad de un doble suelo que dé pie a la reanudación de la tendencia alcista.
Pero no pequemos del exceso de optimismo que tan caro ha costado a los que confiaron en el rebote de la semana pasada. Hace falta mucho más que el rebote de ayer para decir que el peligro ha pasado. Y la perforación de los 12.000 puntos sigue siendo perfectamente posible en los próximos días, en cuanto los bajistas repongan fuerzas.
Los valores financieros fueron los protagonistas del rebote tras el desplome de la víspera. General Motors, sin embargo, perdió el 0,9% pese a volver a beneficios en el cuarto trimestre. Lehman Brothers también cerró a la baja tras dar unas cuentas que no incluyen ningún efecto de la crisis de las hipotecas 'subprime'. En este ámbito, las malas noticias de ayer vinieron de mano de H&R Block, aunque este valor también se sumó a la remontada del mercado.
En otros mercados, el dólar recuperó tras su fuerte caída del martes frente al yen (cerró en 117), gracias a una reducción del déficit por cuenta corriente en EEUU. El euro, sin embargo, siguió subiendo y superó los 1,32 dólares. Los bonos corrigieron sus recientes subidas en precio, con lo que su rentabilidad subió al 4,52%. El petróleo volvió a bajar hasta 58,16 dólares, pese a que los inventarios semanales salieron por debajo de lo esperado.