Comenzaba la semana pasada diciendo que es sabido que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. El Dow Jones llevaba muchas semanas atacando en vano una resistencia creciente, como Eurostoxx50. Decía que la presión bajista ya había empezado a hacer acto de presencia y que el Nasdaq100 podía estar jugándosela ante el techo de un largísimo movimiento lateral/alcista, mantenido desde 2004.
Fracasar ante semejante techo no es, sin duda, algo deba tomarse a broma. No lo hice el pasado mayo, y cuando desde eleconomista.es primero y desde esta tribuna después alerté de la posibilidad de una seria corrección. Una corrección que pudo ser peor y no lo fue, veremos que sucede esta vez. Acababa mi crónica intentado ser conciso y de ayuda, haciéndole saber que las cosas podían ponerse feas de perderse el nivel 14.700 del Ibex35 y el 4.200 del Eurostoxx50.
Si leyó la crónica especial que el periódico me brinda siempre que considera que puede hacerle falta, y que coincidía con nuestro primer aniversario, sabrá que no me dolieron prendas a la hora de volver a sostener lo mismo que el pasado mayo: el final de la tendencia de trading era un hecho bajo 14.700 puntos, y como poco, en tales casos, un inversor en tendencia empieza a cerrar posiciones. Comentaba hace semanas que el índice podía atacar los 15.000 puntos a la luz de una situación que era indudablemente compradora valor por valor; pero el paso de los días y el reiterado fracaso del mercado a las puertas de la mítica cifra, empezó a cambiar las cosas rápidamente.
La incapacidad de algunos índices de marcar un alza sostenible pese a conseguir nuevos máximos espoleados por el Presidente de la Reserva Federal (sucedía por ejemplo en el Dow Jones Industrial, el Ibex, el Eurostoxx y el Nasdaq), trajo consigo los primeros giros aparentemente inocentes en valores de primera línea, el lento pero inexorable desarrollo de algunas figuras en cuña (destacadísimas las del Eurostoxx y muy especialmente, tal y como había comentado desde su comentario, la del Banco de Santander). Eso había dejado en pocas semanas un panorama técnico que además podía estar intuyendo una renta fija que parecía preparar una amplia figura alcista en zona clave en un típico vuelo a la calidad. Entre soportes y bonos, que comentaba el pasado fin de semana, todo era alcista pero se sostenía cada vez con más claridad sobre pilares extraordinariamente definidos. El fallo de pilares es bajista.
Sinceramente no lo sé, y tampoco me importa pues siempre me quedará el posicionamiento bajista. Ya sabe como es esto, siempre se lo digo, es como el cuento de Pedro y el lobo. Un día tendremos una corrección, violenta o no, con señales de venta en el corto plazo que muchos desobedecerán y que se acabará enquistando como pasó en 1993, como pasó en 2000. Y a priori no podrá saberse, nunca se sabe a priori. Por eso, por precaución, por disciplina de trader, el pasado mayo, como esta semana, le recomendaba un fuerte recorte de pociones. Ahora no sabemos muy bien dónde estamos, y por lo pronto lo único que es de exigir (a cualquier inversor activo en un mercado) es capacidad de reacción. Cualquiera que especule y no haya hecho ventas es que no se lo toma seriamente, que se dedica a ganar dinero mientras lo gana hasta El Tato pero será incapaz de hacerlo cuando el juego se vuelva algo exigente.
No hace muchas semanas que advertía también desde esta tribuna que la realidad de la bolsa a largo plazo es bien distinta de la que algunos estamos disfrutando últimamente. He comentado que la bolsa juega con nuestra vanidad. Nos engancha a su adrenalina de tal modo que vamos arriesgando más y más, con mayor confianza y en dosis cada vez mayores.
Pero una cosa es participar del juego, en La operación del día hemos hecho cosas estupendas con Avanzit, Urbas, Faes, Europac..., y otra no darse cuenta de que un día va a llevarse a más de uno por delante por no saber perder. Por ello en Bolságora, y así lo hace La operación del día, nunca entramos a medio camino de una tendencia, nunca entraremos a 6 euros en Avanzit cuando dio entrada a 2,4 ni lo venderemos a 8 sin que haya dado venta el gráfico. Nunca compraremos un Europac a 6,5 si ha dado compra técnicamente en 5,5 pues sabemos que siempre podemos equivocarnos y un trader piensa en lo que pierde si se equivoca, no en lo que va a ganar a poco que se mantenga la racha. Eso es pan para hoy y hambre para mañana como sabe el que compró Astroc a 70 euros.