A las 5:30 de la mañana de ayer los Sanahuja y Joaquín Rivero junto a su socio Bautista Soler sellaban un pacto salomónico que ponía fin a la guerra que mantenían ambos empresarios por el control de Metrovacesa. El acuerdo contempla la división del grupo inmobiliario en dos sociedades: Metrovacesa y Gecina. La primera quedará en manos de los Sanahuja, mientras que la segunda estará controlada por Joaquín Rivero. El resultado final es que el accionista minoritario se verá perjudicado. Para llevar a cabo esta operación de división, Metrovacesa lanzará una opa sobre sus propias acciones que se pagará con títulos de Gecina, según el folleto. Es decir, el accionista de Metrovacesa que se quiera ir con Rivero venderá sus títulos a los Sanahuja. El canje del intercambio, basado en el valor neto de los activos, será de 1,7 metrovacesas por una gecina. La propuesta valora la acción de Metrovacesa a 75,67 euros, frente a los más de 117 euros a los que cerró el viernes pasado. Descontando del precio en bolsa un dividendo extraordinario máximo de 2,5 euros que la inmobiliaria pretende repartir, este canje supone valorar Metrovacesa un 34,2 por ciento por debajo del precio de cotización.