Comienza el baile en la semana llamada de decidir el destino de las bolsas a corto plazo y quién sabe si en los próximos meses o años. Y fueron los alcistas los que abrieron las hostilidades ayer en Wall Street, con el inicio de un nuevo asalto a máximos sin esperar a las grandes referencias: el PIB, la reunión de la Fed y los resultados de Google.
Los que ayer se lanzaron a comprar con todas estas incertidumbres serán los grandes ganadores si al mercado le gustan todas estas referencias y rompe definitivamente al alza. Pero si los índices vuelven a fallar en las resistencias, no sería extraña una recaída contundente que cause grandes pérdidas a los valientes de ayer. No tardaremos en salir de dudas.
De momento, el Dow Jones subió el 0,26% y el S&P 500, el 0,58%. Sin embargo, el Nasdaq, que hasta ahora ha anticipado los movimientos de los demás índices, cerró plano.
El gran perdedor de ayer fue 3M, que decepcionó con sus resultados y se desplomó el 5,4%, Tampoco convencieron las cuentas de Procter & Gamble ni las de UPS, y mucho menos las de Merck, que cayó el 1,3%. Las mayores alzas en el Dow fueron para valores cíclicos, que reaccionaron positivamente a la mejoría de la confianza del consumidor conocida ayer.
También subieron las petroleras, apoyadas por un fortísimo repunte del 5,5% en el petróleo, que se plantó de nuevo en los 57 dólares después de que Arabia Saudí anunciara planes para recortar más su producción. Buen día también para la tecnología, impulsada por el tirón del 6,9% de Motorola tras la entrada en su capital del millonario Carl Icahn.
En otros mercados, los bonos volvieron a rebotar ligeramente en precio, con lo que su rentabilidad cayó otra centésima hasta el 4,88%. El dólar ganó terreno frente al yen tras el dato de confianza y a la espera de las citas de hoy, pero retrocedió levemente frente al euro, que cerró en 1,2965 dólares.