Los valores hacen lo contrario en el after hours y en la sesión normal. En las últimas semanas, estamos asistiendo a un fenómeno cuanto menos curioso pero que puede ser mucho más importante de lo que parece.
Se trata de la disparidad entre la reacción de los valores a sus resultados en el 'after hours' (la negociación posterior al cierre de la sesión oficial) y en la sesión normal del día siguiente.
El primer ejemplo relevante de este fenómeno fue el de Apple la semana pasada. El valor dio unos resultados por encima de las expectativas con una alucinante cifra de ventas de su iPod. Nada más conocerse las cifras, el valor se disparó en el after hours. Sin embargo, al día siguiente, su cotización se vino abajo por sus pobres previsiones para este trimestre.
El segundo gran ejemplo lo tuvimos ayer mismo. Tras el cierre del martes, Yahoo dio unos resultados mejores de lo esperado, pero unas pobres previsiones, exactamente igual que Apple. Esta vez, el mercado creía saberse la lección y el valor cayó... pero no. En la sesión oficial de ayer, Yahoo se anotó el 7,5%, nada menos. La excusa, el lanzamiento de su nueva tecnología de búsqueda Panamá para mejorar los ingresos por página vista.
Los analistas explican este fenómeno con el consabido tópico de la "segunda lectura": el mercado reacciona de forma violenta nada más conocer los grandes titulares, pero cuando se analizan fríamente las cifras, adopta una actitud más racional, que muchas veces contradice su primera reacción. Esta explicación parece aceptable, salvo por un pequeño detalle: la reacción en los casos citados ha sido mucho más fuerte en la sesión normal (después de la reflexión) que en el after hours (en caliente).
Otra explicación más convincente es la de la desorientación del mercado en un movimiento lateral. Los que piensan que no son los datos los que mueven al mercado, sino que es el humor (la tendencia) del mercado el que interpreta los datos, recuerdan que, en las tendencias alcistas, el mercado siempre se queda con el lado positivo de cualquier noticia, por mala que sea; y que lo contrario sucede en las tendencias bajistas. Pero en los movimientos laterales como el actual, las cosas son mucho más difíciles: el mercado cambia de humor constantemente, a veces de un día para otro -lo cual se debe a la incertidumbre sobre el escenario del mercado-, y eso explica los bandazos en la interpretación de los resultados.
Sea como fuere, este fenómeno está teniendo consecuencias muy importantes para el conjunto del mercado. La vuelta bajista de Apple provocó la semana pasada la corrección del Nasdaq después de haber roto su resistencia el día anterior, que se convirtió en una trampa para los alcistas que entraron alegremente con la señal técnica de compra. Y el giro alcista de Yahoo explica la nueva superación de resistencias en el Nasdaq y el máximo histórico del Dow Jones que vimos anoche.
Siempre es difícil saber con qué carta quedarse, pero lo es más aún con un mercado que da tantos bandazos, que cambia constantemente de opinión y que deja falsas señales (la de ayer también podría serlo). En estos casos, el consejo más habitual es mantener la cabeza fría, mantener las posiciones mientras la tendencia principal -alcista- no sea cuestionada y esperar a tener confirmaciones claras de una ruptura alcista antes de tomar o añadir posiciones. Se perderá el inicio de la subida buena, pero evitará el riesgo de caer en nuevas trampas.