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Más crecimiento y más inflación (... sin contar el petróleo)

Bolságora
11/01/2007 - 0:50
Ilustración eE

¿Qué pasará en los próximos meses si Europa y Estados Unidos aprovechan el desplome del petróleo y sorprenden a los bancos centrales con un rebote del crecimiento primaveral?

Parece ser que a los inversores no les gusta demasiado la mezcla de los temores a cierta desaceleración de los beneficios empresariales con unos buenos datos económicos (por no hablar del desplome de las materias primas, que complica aún más el guión). ¿Pero hay que tomar en serio las dudas de las bolsas?

No les faltan los argumentos a los alcistas para hablar de un problema de corto plazo, una reacción bajista al sentimiento excesivamente eufórico y a la volatilidad demasiado baja que vivimos en Europa antes de Navidad. Las previsiones de resultados en Estados Unidos sugieren cierta desaceleración de los beneficios, pero cabe recordar que han sido sistemáticamente superadas por la realidad en los últimos años. Tampoco se puede deducir de los últimos datos económicos que la economía global se está saltando el guión de los analistas: Estados Unidos sigue con el aterrizaje suave y Europa, tal como espera el consenso, demuestra más fuerza gracias al tirón de Alemania. En resumen, todo encaja con lo previsto por los analistas desde el pasado otoño.

Puede ser, pero tenemos que confesar que no estamos totalmente convencidos. En 2006, la renta variable obtuvo su fuerza de la combinación de unos márgenes empresariales brillantes y unas expectativas crecientes de bajada de tipos en EEUU, con el correspondiente fin de las subidas en Europa. Es decir, beneficios más altos y expectativas de tipos a la baja.

¿Qué pasará en los próximos meses si Europa y Estados Unidos aprovechan el desplome del petróleo y sorprenden a los bancos centrales con un rebote del crecimiento primaveral? Los escépticos dirán: "Nada para la renta variable, si las empresas se aprovechan de una demanda más fuerte de lo esperado". Pero eso sería olvidar tres efectos colaterales preocupantes para las bolsas: una probable vuelta a la normalidad de la curva de tipos de interés con un serio deterioro de los precios de los bonos; mayor inercia de la inflación mundial (sin contar el petróleo); y una posible contracción de los márgenes operativos de las empresas, después de tres años de crecimiento por encima de la tendencia, y pese a un crecimiento 'decente'.

En Bolságora, trabajamos desde hace varias semanas sobre este escenario. Pero con la idea de que, dada la inercia de los inversores, el mercado necesitaba varios meses para darse cuenta de que lo que le dio su fuerza en 2006 podría perjudicarlo en 2007. Puede que el desplome del petróleo tenga ahora la relevancia suficiente como para adelantar las incertidumbres... Lo que sugiere que el mercado podría consolidar antes de beneficiarse de unas perspectivas de demanda más fuertes de lo esperado.

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