.... pero el Gobierno mantiene el rumbo del rigor presupuestario El Gobierno alemán ha decidido suprimir incentivos fiscales y elevar impuestos para ingresar 2.100 millones de euros adicionales en el ejercicio fiscal del próximo año. La tarea que se ha propuesto el gabinete de concentración de Angela Merkel es titánica. Lo advertía ayer el ministro de Finanzas, Peer Steinbrück: "Gastamos demasiado y no ingresamos lo suficiente, y todo esto a costa de las generaciones venideras". Para que las generaciones venideras no tengas que soportar esa carga, por tanto, serán las actuales las que se tengan que apretar un poquito más del cinturón. Después de consensuar la semana pasada el denominado Impuesto para ricos, que gravará con un 3 por ciento adicional los ingresos de los más pudientes, ayer el gabinete alemán acordó en Berlín otro paquete de medidas tributarias que aplica el tradicional sistema de las tijeras al generoso sistema de incentivos fiscales germano. Otra medida será la elevación del tipo general del IVA del 16 al 19 por ciento. La medida estaba prevista en el acuerdo de gobierno de la Gran Coalición como colchón para reducir el déficit público y liberar recursos para bajar las cuotas empresariales por desempleo. Las ayudas por hijo se concederán tan sólo hasta los 25 años de edad y no hasta los 27 como era habitual. Además, los intereses libres de impuestos de los ahorradores se reducirán hasta 750 euros, en el caso de solteros; y hasta los 1.500 euros cuando se trate parejas. Con estos recortes fiscales, el Estado alemán pretende arañar 2.100 millones de euros adicionales en 2007 para reducir la deuda y desarrollar las políticas de impulso a la economía que pretende.