Otro máximo histórico más del Dow Jones, y ya hemos perdido la cuenta. No hay síntomas de cansancio, la sobrecompra no pesa lo más mínimo (empieza a ser enorme, pero siempre puede llegar a ser mucho más grande antes de bajar) y eso que se llamaba "mal de altura" no aparece por ninguna parte.
El índice sigue en subida libre, como el Ibex, y continuará su escalada hasta que le apetezca.
Ayer se anotó otro 0,28% hasta 12.251,71 puntos. El S&P 500 llegó a superar los 1.400 puntos, aunque cerró en 1.396 con un alza del 0,24%. Y el Nasdaq, como siempre, en cabeza: +0,5%.
Las subidas pudieron ser incluso superiores, pero se moderaron después de la publicación de las actas de la última reunión de la Fed. Aunque dieron pie a todo tipo de interpretaciones, la más aceptada fue que se enfrían las expectativas de una rebaja de tipos más o menos inminente. Además, el índice industrial de Nueva York mostró una fortaleza mayor de la prevista.
Hoy conoceremos el dato más esperado de la semana, el IPC de octubre, que puede refrendar este escenario o pintar uno más optimista si la inflación sale mejor de lo esperado.
Las actas de la Fed provocaron una recaída de los precios de los bonos después del rally del miércoles, con lo que su rentabilidad -que se mueve a la inversa- subió al 4,62%. El dólar reaccionó al alza, pero se dio la vuelta posteriormente. El petróleo, por último, subió hasta 58,76 dólares tras una nueva caída de las reservas en EEUU, la sexta consecutiva.
En cuanto a los valores, el protagonismo de ayer fue para alas aerolíneas, después de que US Airways lanzara una OPA sobre Delta por 8.000 millones de dólares. También continuó la fiesta tecnológica gracias a varias recomendaciones positivas sobre Intel y Google.