Isabel Pantoja vendió su casa de Marbella a una sociedad opaca

Parece que todo lo que rodea a la cantante roza la ilegalidad. Aunque en esta ocasión ella no fue la mano ejecutora, lo cierto es que la tonadillera vuelve a estar implicada en asuntos turbios, relacionados con la venta de su casa 'La Pera'.

Y es que cuando Isabel Pantoja se encontraba en prisión, su hermano Agustín Pantoja, que tiene un poder notarial de la tonadillera, vendió la casa de Marbella, la misma que compartió con Julián Muñoz, a una sociedad opaca de Jersey, con despacho en las Islas del Canal, tal y como publica El Español.

Aunque en los papeles aparece a nombre de una empresa española llamada Grand Fashion Banús SL, que fue creada una semana antes de la compra, el rastro real del propietario, según confirma el diario de Pedro J. Ramírez, está vinculada con el paraíso fiscal de Jersey, donde varios testaferros ocultan el nombre del propietario real.

El mismo despacho que está detrás de esta empresa offshore fue el encargado de crear las empresas en el extranjero para el vicepresidente Rodrigo Rato y para varios investigados en los Papeles de Panamá, lo que vuelve a colocar a Isabel ante el ojo del huracán.

Detrás de todo este entramado se esconde el que parece el verdadero propietario. A pesar de que no ha sido posible confirmarlo, todo apunta que se trata de un millonario británico, responsable de una empresa de tecnología que cotiza en la bolsa de Londres y que compro la casa como inversión, pero que a día de hoy se encuentra abandonada, esperando que el juez levante la anotación de embargo y los cargos en el registro, ya que una de las condiciones para la compra era que la vivienda estuviera libre de cargas.

Pero la venta de La Pera no es el único problema al que se enfrenta Isabel. La cantante acaba de recibir la noticia de que el pasaporte le ha sido rechazado, por lo que no podría viajar a México con la gira que tenía programada, lo que podría afectar a su contrato con Universal. Además, todo esto se suma al enfrentamiento con el que fue su abogado Carlos Esteban, que asegura que aún no ha recibido sus honorarios por el trabajo realizado con la tonadillera.