Giulio Tremonti: "La energía nuclear es más ventajosa si se parte de cero"
Su tesis era visionaria: en el mundo actual no se debe conquistar el territorio de los demás para conseguir su riqueza, sino preparar el territorio propio para atraer la riqueza. La guerra actual es civil, la de la competencia.
Para la nueva guerra es necesario preparar el propio territorio con instituciones atractivas. En Italia, por el contrario, el recorrido ha sido inverso. Es el único país en el que, por Constitución, las infraestructuras de interés nacional -como los transportes o la energía- son de competencia territorial.
P Hablemos de las reformas para las infraestructuras.
R El sistema institucional segmenta de forma suicida el proceso de decisión política sobre las infraestructuras y los conductos para la energía no se harán solos. Al mirar Italia desde fuera, percibes dos anomalías: la elevada deuda pública y la energética, por la que pagamos 30.000 millones que van al exterior.
P Por lo tanto, ¿energías alternativas o energía nuclear?
R Ciertamente, las placas solares, los molinos de viento o el hidrógeno funcionan en contextos específicos, pero no son suficientes. Entre el estado de necesidad actual y el eventual futuro radiante de estas alternativas hay un intervalo que sólo puede colmarse con energía nuclear. Invertir en energía nuclear de nueva generación otorga un margen óptimo y es más ventajoso si se parte de cero, caso de Italia.
P Pero en Italia, además, pesa el veto del viejo referéndum.
R La paradoja de Italia es que tenemos la tecnología, los capitales, pero por una de esas rarezas histórico-políticas, también tenemos un profundo rechazo a lo industrial. Y ello cristalizó en un referéndum presentado en plan de alternativa pura y dura: "¿Quieren ustedes un nuevo Chernobil, sí o no? Pues marque la casilla correspondiente". Hasta ahora, hemos deslocalizado el trabajo, ahora podemos deslocalizar la energía nuclear para relocalizar el trabajo.
P ¿Qué trabajo?
R Si la industria paga menos energía, aumenta su competitividad y, por lo tanto, su productividad, que a su vez puede ser redistribuida entre el factor trabajo. Se recorta así la tasa energética, que es la primera que hay que reducir en las empresas como en las familias.
P Volvemos a la energía nuclear.
R Las informaciones que circulan por los corrillos internacionales que frecuento señalan una disponibilidad en la otra orilla del Adriático para crear joint venture nucleares con Italia. Y creo que se dan todos los presupuestos geopolíticos para que la idea sea un éxito.
P ¿De qué países está hablando? ¿De Albania, de Montenegro?
R Son opciones aconsejadas en los llamados ambientes cualificados internacionales. Naturalmente, el pacto consiste en que parte del aumento del PIB debe permanecer en los países de origen. Ellos tendrían grandes dificultades tecnológicas para crear centrales, pero nosotros sabemos cómo hacerlo.
P La "tecnoconfianza" ha fracasado. Lo dice usted desde hace tiempo y, ahora, también lo dicen otros. Y persiste el problema de las reglas comunes y de las sanciones.
R En 1945, Carl Schmitt, desde la cárcel, bajo el peso de las "culpas jurídicas", lanza un monitum: "Que callen los jueces". Hoy habría que decir "que callen los economistas". En 2004 comencé a hablar del riesgo de un caso Parmalat global.
Sólo ahora se habla de pérdidas y sólo por cientos de miles de millones de dólares. Un error doble: no se trata de pérdidas sino de una invención de lo que no se tenía. El segundo error es cuantitativo: no se habla de cientos de miles de millones, sino de trillones de dólares.
En la historia de las finanzas se produjo algo similar, aunque a escala reducida, pero relacionado con la globalización de aquella época. Desde la Europa de la época hacia Norteamérica, concretamente hacia Luisiana: era la tecnofinanza de John Law.
P Entonces se produjo un problema de bancarrota, de burbujas que explotaron, de inflación enloquecida. Hoy, 330 años después, tenemos problemas similares. ¿Cómo salir de ellos?
R No creo que basten las aspirinas y no creo que sea suficiente cerrar la puerta cuando los bueyes ya escaparon del establo.
P Sin embargo, un primer intento de llegar a acuerdos compartidos se produjo en la reunión del Financial Stability Forum…
R Se trata de acuerdos preliminares, útiles, pero preparatorios. Necesarios, pero no suficientes. Hace falta algo mucho más potente. Pienso en una nueva Bretton Woods. Un momento político de altísimo nivel simbólico.
P 2008 será el año del G-8 italiano…
R No creo que Gaeta pueda sustituir a Bretton Woods. También se podrá volver a Bretton Woods, pero siempre que sea algo nuevo y político, para poner orden en el caos global. Basta ir a Google a ver, el Mount Washington Hotel en la parte dedicada en la galería histórica.
Es impresionante: en el 44, todavía con media Europa bajo la bota de Hitler, estaban representados desde Polonia a países desfavorecidos, como China, la India o Australia. En definitiva, países del mundo libre. Y personalidades: Morghentau, Keynes y, por detrás de ellos, los jefes de Estado y de Gobierno. De Gobiernos en funciones o de Gobiernos en el exilio. El latir de la política de un mundo que pasaba de la guerra a la paz. Estoy profundamente convencido de que hoy está pasando algo similar.