Un clásico llamado 'fondtesoro': la apuesta segura en momentos de crisis
¿Por qué? La crisis que azota a los mercados financieros en los últimos meses, y que se ha revolucionado desde comienzos de este año, ha generado un fuerte sentimiento de desconfianza, incluso en los inversores más conservadores. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que cuando se originó el huracán subprime (hipotecas de alto riesgo) los primeros en caer fueron algunos productos conservadores, como los monetarios dinámicos, que ofrecen algo más de rentabilidad que los tradicionales, a base de invertir en activos de reputación cuestionable.
Con esta línea argumental de fondo, los partícipes buscan en la cartelera de los fondos algo que les asegure cobijo en momentos de fuertes lluvias. Y se han decantado por activos muy líquidos, no afectados por riesgos de tipos de interés, crediticios o cambiarios.
Es decir, por los fondtesoro. Su política de inversión se centra casi exclusivamente en deuda pública española a corto plazo, con máxima calidad crediticia y sin riesgo divisa. En definitiva, se trata de productos que desconocen el significado del riesgo.
La letra pequeña del fondtesoro
Por todo esto, si el inversor quiere dormir a pierna suelta sin abandonar el mundo de los fondos , éste es un buen refugio. Eso sí, también tiene sus peros. Enrique Borrajeros, socio director de Abante, explica que, partiendo de la base de que no hay posibilidad de riesgo en estos productos, sus rentabilidades dependerán de la antigüedad del activo en el que invierten.
"Cuanta más duración tienen los instrumentos en los que se apoya el fondtesoro, más posibilidades existen de riesgos de tipos de interés", advierte. Como ejemplo, Borrajeros recuerda que en el 1994 los precios de los bonos cayeron, lo que provocó que los resultados de los fondos de renta fija descendieran, sobre todo los de más duración.
Y en estos momentos, "un fondtesoro con activos de una duración de 1,3 años tienen más riesgo de caídas en sus ganancias, que otro a seis meses", apunta el socio director de Abante.
'La gran prueba'
Además del nombre de una película del oeste, la gran prueba es la que tienen estos productos para demostrar que son un refugio atractivo. De momento, los 13 fondos de este tipo, que legalmente no pueden exigir una inversión inicial superior a los 300 euros, suben en los 18 primeros días del año una media del 0,16 por ciento, según los datos de Morningstar. Una ganancia que asciende al 2,79 por ciento en los últimos doce meses y que no llega al 4,2 por ciento del IPC en 2007. Además, en estos fondos juegan un papel fundamental las comisiones. "No van a tener riesgo de crédito, pero sí hay que tener en cuenta en lo que se queda la rentabilidad después de descontar las comisiones sobre sus ganancias", según Borrajeros.
Seis de estos fondtesoro cobran por la gestión el uno por ciento, mientras que Merchbanc Fondtesoro es el más barato, al aplicar una comisión del 0,60 por ciento. Razón por la que obtiene la mejor rentabilidad en el último año, un 3,04 por ciento.
Junto a estos productos, hay otros dos, de Abante y Fonditel, que mantienen los principios de los antiguos Fiamm ( fondos de inversión en activos del mercado monetario), y no incluyen en su cartera papel con riesgo, activos de duración superior a seis meses y todo lo que lleve implícito riesgo divisa. Por ejemplo, Abante Tesorería invierte en repos semanales con lo que elimina el riesgo de la duración que tienen otros fonstesoro.
¿Y los fondos monetarios? Estos productos son otra opción conservadora pero debemos saber separar el grano de la paja. Algunas de las emisiones a las que están referenciados no tienen la máxima calificación crediticia, lo que provoca un mayor riesgo. Y, por supuesto, el inversor debe tener en cuenta que los que tienen el apellido dinámico implican un riesgo adicional, que les llevó a vivir malos tiempos en agosto. Las películas del oeste vuelven a imponerse al cine de autor.