Consulte la 'bola de cristal' para saber cómo anticiparse a los impagos
La acumulación de facturas pendientes de cobro es una de las principales amenazas de la pyme. De hecho, se estima que entre el 25 y el 33% de los cierres empresariales tiene como causa directa la falta de liquidez provocada por los impagos. Sin embargo, los últimos datos publicados acerca de la evolución de la morosidad en España durante el primer trimestre de 2011 reflejan una leve mejoría respecto a esta situación.
Por un lado, "en el ámbito privado el retraso en el cobro de las facturas se ha reducido de 101 días a 93 días", tal y como afirma Antoni Cañete, portavoz de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad y secretario general de Pimec.
Por otro, Crédito y Caución ha constatado que "los niveles medios de impago cayeron un 43% con respecto al primer trimestre de 2010". Y el radar que elabora periódicamente Axesor sobre índices de morosidad refleja cómo las pymes han logrado reducir el número de sus sociedades activas morosas un 7,5%. ¿Conclusión? "Las empresas están poniéndole imaginación para evitar este problema", explica Alejandro Lucero, consejero delegado de Multigestión Iberia. ¿Y cómo lo hacen? Éstas son las bolas de cristal en las que miran para anticiparse a un posible escenario de impagos.
Examinar al cliente
"Los bancos, cuando pides un crédito, no miran cómo estás de liquidez, sino cómo vas a estar durante el tiempo que estés devolviéndolo", explica Ignacio Jiménez, director comercial de Iberinform, para quien "las pymes también pueden hacer lo mismo". Una manera simple de hacerlo es comprobar el CIF de un cliente en el Registro Mercantil antes de extenderle una línea de crédito comercial. O solicitar un informe de riesgo de crédito. "Pero todo eso lo puede hacer la tecnología. Hay modelos matemáticos que permiten identificar a clientes con más propensión a dejar de pagar". Algunas consultoras de prevención de impagos cuentan con herramientas web que elaboran un diagnóstico de riesgo introduciendo el CIF del cliente.
"En España existe la cultura de contratar un seguro de riesgo para que, si no te paga la empresa, te pague el seguro", añade desde la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad Antoni Cañete, "pero tener información financiera sobre el cliente es el mejor seguro".
Cambiar la cultura bancaria
Para Cañete, otra de las soluciones novedosas a las que se están apuntando las pymes es "el descubrimiento de que hay otras opciones al margen de los bancos". Lo explica de la siguiente manera: "Los impagos provocan una falta de liquidez y, culturalmente, las pymes piensan que para conseguir liquidez hay que ir al banco. Pero existen otras alternativas, desde la línea ICO Directo a las Sociedades de Garantía Recíproca, pasando por los créditos participativos del Enisa o la asociación con otras empresas mediante joint ventures". Un dato que corrobora esto último es el aumento en un 22% de fusiones entre pymes en el primer cuatrimestre del año, según datos de Axesor.
Reducir tiempos con tecnología
En la Plataforma Multisectorial con tra la Morosidad apuestan por "fomentar la firma digital y la certificación y facturación electrónicas en la pyme". ¿Qué aporta esto? "En una empresa pequeña, los recursos para agilizar trámites son menores, y la tramitación electrónica permite mejorar la competitividad y reducir los tiempos a la hora de efectuar reclamaciones".
Negociación antes que juicio
Una vez que se produce un impago, existen dos soluciones: "O ir a juicio, o tratar de buscar una solución amistosa con el moroso", expone Belén Blázquez, directora comercial de Espand Soluciones de Gestión, para quien la primera vía "es siempre la más recomendable". "La vía judicial no es aconsejable por su coste", amplía Lucero. En este sentido, "cuando se contacte con el moroso, ya no se trata de recordarle la deuda que tiene, sino de ofrecerle soluciones".
Recuperar el IVA
Un último comodín al que aferrarse en caso de impago es solicitar la recuperación del IVA por una factura no cobrada, una posibilidad para la que se recomienda contratar asesoramiento fiscal, aunque "no es fácil", dice Cañete. "Lo que se necesita es que el IVA no se pague hasta haber cobrado", concluye.