Los peligros de desconocer las reacciones alérgicas cruzadas
En los últimos cinco años, las personas que han acudido a consulta por reacciones alérgicas derivadas del consumo de leche y huevos, sobre todo, o fruta, han pasado del 3 al 8%, aunque la escasez de estudios epidemiológicos impiden conocer la incidencia real. El estudio español Alergológica situaba esta cifra en torno a un máximo del 7%, en el caso de los niños menores de tres años y del 3% en los adultos.
Las alergias más conocidas son las que producen el polen y los ácaros; las primeras son más frecuentes en zonas de interior y los segundos en lugares que están cerca del mar o son húmedos. Sin embargo, hay muchos más enemigos en el medio ambiente al que las personas sensibles están expuestas y sobre las que se sabe mucho menos. Es el caso de las alergias alimentarias y a materiales de contactco como los barnices o el látex, y, sobre todo, las llamadas alergias o reacciones cruzadas por las que una persona puede ser alérgica al polen, al kiwi y al látex y no saberlo.
Entre los alimentos, leche, huevo y pescado son los más alergizantes en niños y las frutas, frutos secos, leguminosas y, a más distancia, pescado y marisco son los principales productos responsables de sensibilizaciones alérgicas en adultos. En países como EEUU donde hay 11 millones de alérgicos, la mantequilla de cacahuete constituye la tercera causa de alergia en lactantes. En Italia, sin embargo, es el trigo -por el consumo de pasta- la tercera causa de alergia alimentaria.
La edad es buena
Aunque muchos pacientes no tengan esa sensación, las alergias disminuyen o desaparecen a medida que nos hacemos mayores. Eso sí, siempre que los primeros síntomas aparezcan durante la infancia porque si lo hacen durante la adolescencia y, sobre todo, en la época de adulto, estos acompañarán al alérgico de por vida.
A veces, si la sensibilización es persistente, se suele asociar a la existencia de reactividad cruzada con otros agentes alergizantes. Este asunto es de gran interés porque explica por qué sustancias o alimentos distintos son capaces de provocar alergias idénticas al compartir proteínas filogenéticamente relacionadas (panalérgenos). Eso hace que una persona pueda ser sensible a una determinada fruta, por ejemplo, y también a la goma.
Cruce de caminos
El ejemplo más famoso tal vez sea el de la alergia cruzada del látex con el kiwi, el plátano y la castaña. Y es importante porque las personas alérgicas a este fruto tampoco podrán ponerse guantes de látex o utilizar preservativos de este material. Algunos expertos incluso sostienen que la generalización del uso del látex después de la aparición del VIH /Sida y a la introducción en la dieta de frutas alergénicas, son dos de los responsables de los incrementos del número de alergias alimentarias.
Otras asociaciones increíbles son la de las alergias cruzadas a las cucarachas y los mariscos, por un lado y los pólenes y las frutas, por otro. Es es el caso de las frutas rosáceas -cereza, ciruela, melocotón, albaricoque, nectarina, fresa, manzana, pera, zarzamora, frambuesa y almendra-, y los pólenes.
Alergias ocultas
En cuanto a los frutos secos, la sensibilización al cacahuete se asocia con frecuencia a la de otros frutos secos como la avellana y la nuez. Por lo que respecta a los mariscos, la reactividad cruzada es muy frecuente tanto entre crustáceos (gamba, langostino, cangrejo, etc.), como con los bivalvos (almeja, mejillón, etc.) y cefalópodos (pulpo, calamar, sepia, etc.). La base de esta reactividad cruzada se centra en la existencia de una proteína común a ellos, denominada tropomiosina.
Entre los pescados azules causantes de sensibilización destacan la sardina, la caballa y el atún, y entre los pescados blancos la merluza, el gallo o el lenguado.
También se han descrito problemas alérgicos con diferentes legumbres como la alubia, lenteja, almorta, o la soja, ahora de moda. Quienes son alérgicos a la lenteja suelen serlo a otras legumbres. Aunque en España los alérgenos más comunes son los derivados del huevo, del pescado y de la leche de vaca, los más peligrosos para la salud por las reacciones que provocan son los frutos secos. El principal peligro proviene de que en muchas ocasiones son alérgenos ocultos y de que son responsables de la mayoría de las reacciones anafilácticas mortales o casi mortales.
Los síntomas de las alergias respiratorias son las dificultades respiratorias, tos, estornudos y lagrimeo, junto a la urticaria o granos en la piel.