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Iberdrola, Repsol y RIC Energy impulsan la transición energética en Estados Unidos
Servimedia
El mercado de las energías renovables en Estados Unidos vive un momento de expansión histórica, incluso en el contexto político que atraviesa el país desde la vuelta al poder de Donald Trump con su política arancelaria, y las empresas españolas están jugando un papel protagonista gracias a su "experiencia y capacidad técnica", que se plasma a través de modelos de negocio diferenciados.
Así lo pone de manifiesto un análisis llevado a cabo por expertos del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada (ICGEA), que profundiza en tres modelos referentes de esta implantación: el de Iberdrola, como gran utility verticalmente integrada; el de Repsol, como compañía multienergía en expansión renovable; y el de RIC Energy, como desarrollador independiente de nueva generación, cuya trayectoria singular le permite competir con éxito en un entorno altamente exigente.
Con una capacidad instalada que supera los 380 GW en fuentes limpias (solar, eólica, hidráulica y geotérmica) y más de 700.000 millones de dólares en inversiones previstas en la próxima década, EEUU se ha consolidado como uno de los mayores polos de atracción para la transición energética global.
Aunque operan en escalas muy distintas, Iberdrola, Repsol y RIC Energy convergen en un mismo objetivo: "contribuir a la transición energética en uno de los mercados más competitivos y dinámicos del mundo". "La implantación española en Estados Unidos no solo demuestra la competitividad de nuestras empresas, sino también su capacidad para adaptarse a distintos modelos regulatorios, financieros y territoriales", aduce el análisis.
El vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, manifestó que "Estados Unidos es el escenario más exigente y atractivo para la transición energética, y el hecho de que tres compañías españolas, con modelos tan distintos, estén marcando el rumbo, habla de la madurez, capacidad de innovación y visión internacional del sector renovable español".
Sánchez Lambás señaló el caso de RIC Energy por ser especialmente significativo al competir con las grandes energéticas tradicionales, ya que "pone en valor el papel que pueden desempeñar los desarrolladores independientes especializados que, gracias a su agilidad, enfoque técnico y capilaridad territorial, pueden influir significativamente en el despliegue renovable a gran escala. Con un modelo propio y una clara vocación colaborativa, se ha ganado un espacio relevante en la cadena de valor de la energía limpia en Estados Unidos, convirtiéndose en un ejemplo paradigmático del nuevo actor español global en renovables".
Por su parte, Iberdrola opera en Estados Unidos a través de su filial Avangrid, una de las principales compañías energéticas del país, con más de 9.700 MW de capacidad renovable instalada (eólica terrestre, solar y almacenamiento) y operaciones en más de 20 estados. Avangrid cuenta además con una red de distribución que da servicio a más de 7 millones de clientes, lo que sitúa a Iberdrola en una posición única como operador integrado.
Uno de sus hitos recientes más relevantes ha sido la puesta en marcha de Vineyard Wind 1, el primer parque eólico marino a gran escala de EE. UU., desarrollado junto a Copenhagen Infrastructure Partners. Este proyecto, de 800 MW, es una referencia para el desarrollo offshore en el país. Además, Iberdrola impulsa importantes instalaciones solares como True North (321 MW) en Texas y Camino Solar (105 MW) en California.
Repsol ha intensificado su presencia en el mercado renovable estadounidense mediante adquisiciones y alianzas estratégicas. En 2021, adquirió el 40% del desarrollador Hecate Energy, con una cartera superior a 40 GW en solar y almacenamiento, lo que le otorgó un acceso privilegiado al pipeline renovable en EE. UU.
En 2024, dio un paso más con la venta del 46,3% de una cartera operativa de 777 MW de proyectos solares y de almacenamiento a Stonepeak, por 340 millones de dólares, manteniendo el control operativo. Esta estrategia le permite rotar activos y reinvertir en nuevas oportunidades.
Uno de sus desarrollos más ambiciosos es el proyecto en el Hanford Site (estado de Washington), donde junto a Hecate planea transformar antiguos terrenos nucleares en la mayor planta solar y de almacenamiento del país (hasta 2.000 MW de capacidad), con una inversión estimada de 4.000 millones de dólares.