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Dormir con manta en julio o disfrutar de la parrillada de longaniza más grande del mundo, experiencias para un verano inolvidable en Aragón

    Castillo de Loarre | Gobierno de Aragón | Foto: Servimedia

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    Dormir con manta en pleno mes de julio o disfrutar de la parrillada de longaniza más grande del mundo son algunas de las experiencias que se pueden disfrutar para garantizar un verano inolvidable en Aragón.

    "La Comunidad de Aragón es ideal para perderse este verano entre sus fiestas y tradiciones, castillos con fortalezas legendarias o la mejor gastronomía", subrayan desde el Gobierno regional, ya que es "un lugar de mucha riqueza patrimonial y cultural". "Desde pueblos donde hace falta manta en pleno julio hasta fiestas con récords Guinness, el territorio ofrece alternativas frescas, divertidas y con identidad propia para escapar del calor sin renunciar a la diversión".

    En este recorrido veraniego no faltan las celebraciones y las fiestas tradicionales en Teruel, los castillos con historia en Huesca, la gastronomía de toda la vida o una exposición del artista aragonés Francisco de Goya en un palacio mudéjar en Zaragoza, "seis planes para disfrutar de verano en Aragón con calma y con ese punto diferencial que convierte cada escapada en una experiencia inolvidable".

    FRÍO EN VERANO

    Así, explican que en Aragón hay pueblos donde, "incluso en pleno julio, necesitarás una manta por la noche. Son destinos ideales para quienes buscan escapar del calor y dormir a pierna suelta bajo las estrellas. Y lo mejor: cada uno tiene su propio encanto y patrimonio".

    "Ansó es uno de esos lugares mágicos, con sus chimeneas troncocónicas cubiertas para espantar brujas y una arquitectura que conserva la esencia pirenaica. Daroca, por su parte, sorprende con sus murallas kilométricas y puertas monumentales que dan paso a un casco histórico lleno de vida". "Otro de los lugares en los que podrás dormir tapado en pleno mes de julio es la localidad de La Fresneda, en el Matarraña, que conserva antiguas cárceles y rincones llenos de historia que contrastan con el sosiego de sus calles. Todos ellos forman parte de redes de turismo rural o de la Red de Hospederías de Aragón, lo que asegura confort, belleza y noches frescas", detallan.

    FIESTAS

    Del 4 al 14 de julio, Teruel se convierte en un epicentro de alegría y tradición con las Fiestas del Ángel, también conocidas como La Vaquilla o Fiestas del Torico. Declaradas Fiesta de Interés Turístico Nacional, son una de las celebraciones más esperadas del calendario aragonés.

    El momento más esperado para los turolenses llega el sábado, cuando los vaquilleros colocan el tradicional pañuelo al Torico ? el símbolo de la ciudad ? en un gesto sencillo, pero cargado de emoción y orgullo. La particularidad de estas fiestas es que "todo el mundo puede sentirse peñista, es sumamente inclusivo, solo tienes que ataviarte de blanco con una faja roja".

    "Las 19 peñas de la ciudad abren sus puertas a todo el mundo, ofreciendo verbenas, conciertos, espectáculos teatrales y actividades familiares de forma gratuita. Y, por supuesto, no faltan los toros ensogados, que recorren las calles ante el fervor popular".

    Declarada Fiesta de Interés Turístico de Graus, el Día de la Longaniza es una de las celebraciones más conocidas de esta localidad oscense. "El día 27 de julio, como hace ya 33 años, se celebrará esta fiesta en torno a este producto aragonés que incluso ha conquistado a Georgina Rodríguez".

    La fiesta, organizada por los carniceros locales, ostenta el Récord Guinness a la parrillada de longaniza más grande del mundo. Durante el evento, miles de personas se congregan en la plaza Mayor para disfrutar de la carne recién hecha, acompañada de música, buen ambiente y actividades para todos.

    "Pero además de degustar la gastronomía local, en tu visita a Graus te recomendamos que conozcas su patrimonio histórico, especialmente su plaza renacentista. Y es que sus sorprendentes pinturas murales y la rivalidad entre las distintas familias en la decoración de sus fachadas la convierten en una de las más bellas de Aragón".

    ARQUITECTURA MUDÉJAR Y CASTILLOS

    Aragón es tierra de castillos. Con más de 700 fortalezas, torres defensivas y enclaves militares repartidos por todo el territorio, recorrer la comunidad es como atravesar siglos de historia, batallas y arquitectura medieval. Desde los castillos de Huesca que se alzan en el Prepirineo hasta los castillos en Teruel que emergen entre montañas y barrancos, "Aragón ofrece un patrimonio fortificado tan diverso como fascinante. Si estás pensando en una escapada diferente, en esta selección te proponemos una ruta por cuatro castillos impresionantes de Aragón ideal para la época estival", subrayan desde el Gobierno regional.

    Así, el Palacio de la Aljafería fue en su origen la residencia de recreo de los reyes musulmanes de la taifa de Zaragoza, y es uno de los mayores exponentes del esplendor alcanzado por este reino en su momento de mayor apogeo político y cultural. Diez siglos después, este imponente edificio sigue muy vivo, convertido en símbolo de la historia de Aragón y ejemplo excepcional del arte mudéjar.

    Construido en el siglo XI, la Aljafería deslumbra con sus arquerías lobuladas, patios ajardinados y una decoración que conserva la esencia del refinamiento islámico. A lo largo de los siglos ha cumplido funciones tan variadas como recinto fortificado, residencia real aragonesa, sede y cárcel de la Inquisición, palacio de los Reyes Católicos o cuartel militar. Desde 1987 es la sede de las Cortes de Aragón, consolidándose como un edificio vivo y cargado de significado institucional.

    En 2001, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad dentro del conjunto del arte mudéjar aragonés, reconociendo su valor histórico y artístico. "Hoy, además de recorrer sus estancias y conocer su historia, puedes visitar exposiciones temporales como 'Goya. Del museo al palacio', abierta hasta el 31 de diciembre de 2025, una oportunidad única para admirar la obra del genio aragonés en uno de los escenarios más emblemáticos de la Aragón".

    Dominando la llanura de la Hoya de Huesca desde lo alto de un espolón rocoso a 1.071 metros de altitud, el Castillo de Loarre está considerado la fortaleza románica mejor conservada de Europa. Fue mandado construir en el siglo XI por Sancho III el Mayor como bastión estratégico para la reconquista cristiana de estas tierras. Su ubicación privilegiada permitía controlar toda la llanura y vigilar especialmente Bolea, una de las principales plazas musulmanas de la zona.

    Este impresionante conjunto fortificado, que en sus orígenes fue palacio real y más tarde monasterio, conserva buena parte de su estructura original: una poderosa muralla con once torreones, la iglesia de Santa María ?con clara influencia jaquesa y una inusual cúpula románica?, la cripta de Santa Quiteria, la torre del homenaje y la torre de la reina. La riqueza ornamental de sus capiteles, la solidez de sus bóvedas y la sobriedad de su arquitectura lo convierten en una joya de la arquitectura civil y militar medieval.

    Su excepcional estado de conservación y su atmósfera legendaria han atraído a directores de cine como Ridley Scott, que lo convirtió en escenario de la película 'El Reino de los Cielos'. "Caminar por sus pasillos es sumergirse en la historia de Aragón y sentir el peso de siglos de defensa, fe y poder sobre uno de los balcones naturales más impresionantes de la comunidad".

    En las faldas de la sierra Menera, en la comarca turolense del Jiloca, se alza uno de los castillos más singulares y sobrecogedores de Aragón: el Castillo de Peracense. Su espectacular silueta de tonos rojizos, construida con piedra de rodeno, se mimetiza con el paisaje como si brotara directamente de la roca, creando una imagen difícil de olvidar. Más que una fortaleza, es un ejemplo único de integración entre arquitectura militar y entorno natural.

    Levantado en el siglo XIII sobre una antigua fortaleza islámica, su principal función fue la de vigilar y defender la frontera entre los reinos de Aragón y Castilla. Tras la unión dinástica de los Reyes Católicos, perdió parte de su función estratégica, quedando bajo la administración de la Comunidad de Daroca, que nombró alcaides hasta principios del siglo XVIII.

    A lo largo de su historia, también fue utilizado como cárcel y cuartel militar, especialmente durante las guerras carlistas. Con una planta de 4.000 m2 y una estructura defensiva formada por tres recintos concéntricos, es una de las fortificaciones más impresionantes de todo el país. "Las vistas desde el cerro de San Ginés o desde sus propias murallas te dejarán sin palabras".

    Situado en lo alto de la loma de Pui Pinos, el castillo de Alcañiz, también conocido como el Castillo de los Calatravos, domina la ciudad con una presencia imponente. Fue construido durante la época islámica, aunque su configuración actual es fruto de siglos de reformas, desde la Edad Media hasta el Barroco. En su interior conviven la arquitectura militar con detalles palaciegos de gran valor.

    Destacan especialmente la Torre del Homenaje y la Capilla, del siglo XII, así como sus pinturas góticas murales, uno de los conjuntos más importantes de Aragón. Declarado Monumento Nacional en 1925, hoy es también Parador Nacional, por lo que el visitante puede dormir a cuerpo de rey entre muros que narran siglos de historia.

    GOYA

    Francisco de Goya, genio indiscutible del arte universal y nacido en la localidad zaragozana de Fuendetodos, regresa simbólicamente a su tierra a través de una exposición única. Hasta el 31 de diciembre, el Palacio de la Aljafería acoge 'Goya. Del museo al palacio', una muestra excepcional que reúne 62 obras del pintor aragonés más universal, en el que probablemente sea uno de los marcos más imponentes para admirar su legado.

    Distribuida en siete salas del área monumental de este histórico edificio mudéjar, la exposición permite un recorrido íntimo por la evolución estilística, técnica y personal del artista. Las piezas proceden del Gobierno de Aragón y del Ministerio de Cultura, así como de importantes colecciones públicas y privadas, incluyendo el Museo Nacional del Prado, la Confederación Hidrográfica del Ebro, la Escuela de Artes, la Fundación Caja Inmaculada y el Ayuntamiento de Jaraba, entre otros.

    La exposición puede visitarse, de noviembre a marzo, de lunes a sábado de 10.00 a 18.00 horas y los domingos de 10.00 a 14.00 horas. De abril a octubre, el horario se amplía de lunes a domingo, de 10.00 a 18.00 horas.

    El precio general de la entrada es de 7 euros, aunque se ofrece la posibilidad de visita guiada por 9 euros. Existe una tarifa reducida de 2 euros para mayores de 65 años, estudiantes y personas con carné joven. La entrada es gratuita para menores de 12 años, familias numerosas, personas con discapacidad, desempleados y anfitriones turísticos. Además, el primer domingo y lunes de cada mes, la entrada es libre para todo el público.

    "Ya sea perdiéndote entre los pueblos más frescos, saboreando la longaniza recién hecha en Graus o emocionándote con el pañuelo al Torico en pleno corazón de Teruel, el verano en Aragón es una ventana única para sumergirse en la historia, el arte y las tradiciones que definen la identidad aragonesa".