¿Cómo se gestionan las alertas de sequía?
- Cada 10 años, España sufre graves sequías por su situación geográfica, pero el cambio climático está acelerando a pasos agigantados este proceso
- El descenso de las precipitaciones es un problema que España debe afrontar en los próximos años
Luis Bustamante
El problema de la sequía en España es un tema recurrente. Cada 10 años, aproximadamente, nuestro país sufre de graves sequías, que vienen derivadas por su situación geográfica. La posición que ocupa nuestro país, en la zona templada del planeta, unido a la mezcla de dos corrientes de aire totalmente opuestas que convergen aquí, una fría y húmeda proveniente del Atlántico y otra cálida y seca de origen africano, dan lugar a este preocupante fenómeno.
Por si fuera poco, el cambio climático está acelerando a pasos agigantados este proceso natural, así que cada vez será más habitual estar en situaciones de falta de agua. Como consecuencia, el agua acumulada en embalses durante el año desciende notablemente, en algunos casos de manera crítica. Lo mismo sucede con las reservas de agua subterráneas, cuya tendencia en los últimos años está siendo negativa. Ante este grave problema, cada vez son más las voces que exigen una solución o al menos un plan de reacción para prevenir que la situación se torne más grave. Para ello, es importante saber qué medidas y estrategias pueden aplicar las empresas dedicadas a la gestión del agua.
Planes de prevención
Existen unos planes especiales de sequía (PES), que constituyen un instrumento fundamental para mitigar las consecuencias de esta escasez de lluvias. Estos PES identifican dos situaciones derivadas de la falta de precipitaciones: sequía prolongada y situación de escasez coyuntural.
El primero de ellos está pensado para los momentos en los que haya una significativa pérdida de humedad en el suelo y los caudales por causas naturales. El segundo engloba los problemas socioeconómicos derivados de la limitación de este recurso para cubrir todos los usos que se le da en situaciones de normalidad. Cuando se supera el umbral crítico, se decreta el escenario de sequía prolongada y los objetivos ambientales están exentos de cumplirse.
En este momento, existen cuatro escenarios: normalidad, prealerta (escasez moderada), alerta (escasez severa) y emergencia (escasez grave). Desde el nivel de prealerta, el proceso de gestión del recurso se pone en marcha. Ya en el estado de alerta, el objetivo principal es poder atender la demanda de forma satisfactoria y evitar el estado de emergencia. Las medidas excepcionales pueden aplicarse al abastecimiento urbano, abastecimiento agrícola (reducción de agua para regadío) y abastecimiento para otros usos (vigilancia en aprovechamientos y vertidos).
Planes de actuación
Las soluciones pasan por la innovación y la inversión. Al menos así lo afirman fuentes de Aqualia, una de las principales compañías especializadas en la gestión de este recurso. "A través de este puente las compañías pueden mejorar la eficiencia del ciclo integral urbano del agua desde la captación, almacenamiento y distribución, hasta el saneamiento y depuración". El objetivo es desarrollar mejores procesos de gestión eficiente, "reduciendo el consumo de recursos materiales y energéticos". El continuo descenso de las precipitaciones y su distribución cada vez más irregular es un problema que España debe afrontar en los próximos años.
En esta lucha, la sostenibilidad sigue siendo una tarea pendiente "ser más sostenibles aún es el gran reto a medio y largo plazo". En esta línea, sus expertos afirman: "Es importante aspirar a alcanzar la máxima eficiencia, el 100% de la circularidad del agua, la creación de infraestructuras de alto rendimiento y la implantación de tecnologías propias aplicadas a este grave problema".
Por otro lado, la inversión en proyectos debe seguir creciendo. Actualmente, hay en marcha varios programas destinados a la conservación del agua, entre ellos el de Aqualia: MARadentro. Esta estación depuradora, ubicada en Valladolid, tiene como objetivo inyectar agua regenerada en el acuífero para mejorar la calidad y cantidad del agua subterránea.
Otro punto que los expertos consideran clave para poder ofrecer una mejor respuesta a la sequía es la coordinación entre las distintas entidades y organismos. Tiene que haber transparencia en la información y para ello debe haber colaboración público-privada. "Debemos prestar servicios, trabajando estrechamente con las administraciones, poniendo a disposición nuestro conocimiento, experiencia, know how y la tecnología". Esta comunicación proporciona al ciudadano conciencia sobre la importancia del agua y su uso responsable. Y es que los ciudadanos juegan un papel muy importante "es necesaria la concienciación ciudadana en el uso racional del agua".
Cada vez se desarrollan más acciones de concienciación dirigidas a todo tipo de públicos. Por ejemplo, recientemente se ha puesto en marcha un proyecto muy interesante conocido como "sosteniblometro", desarrollado por Aqualia y que permite al usuario conocer cuán sostenible es en su día a día. A través de una serie de preguntas sobre los hábitos del usuario se puede conocer la cantidad del agua que malgasta (o ahorra). Pequeñas prácticas que ayudan a tener una visión más general del problema.
"En los últimos 30 años, la ciudad de Almería ha reducido a la mitad el agua que consume, pasando de 30 hectómetros cúbicos anuales en 1993 a 16 en la actualidad". Esta gestión no habría sido posible sin un aumento de la eficiencia, una implantación de sistemas de detección de fugas y el desarrollo de campañas de concienciación ciudadana.