Actualidad
Por qué la gente sucumbe ante la presión y toma malas decisiones, y cómo evitarlo
- El estratega empresarial habla de un error común en quienes actúan mal
- Mailander ofrece una estrategia de 4 pasos para no fallar en estos casos
- Se basa en escuchar a los demás, conocer las debilidades y en prevención
Iago Eguileta
Madrid,
El estratega empresarial e instructor de CEOs, Chris Mailander, es experto en guiar a estos profesionales para que sepan tomar buenas decisiones en momentos de presión. Pero el mismo se lamenta de que la mayoría no son capaces de lograrlo.
Sin embargo, Mailander explica que sus errores tienen algo en común, y es que normalmente tardan demasiado en actuar, por lo que no suelen responder hasta el último minuto, a pesar de que dichos escenarios necesitan de un líder con actitud decidida. Explicaba a CNBC Make It que "hay muchas personas que son pilladas desprevenidas para cuando se acaba el plazo".
Pero el experto asegura que esto se puede aplicar a cualquiera, sea estudiante o trabajador, ya que la presión puede afectar a cualquiera y torcer la toma de decisiones.
Estrategias para controlar el momento
Tras este análisis, Mailander ofrece sus 4 estrategias para actuar con control y tomar decisiones adecuadas, sin importar las difíciles circunstancias del momento:
1. Abrazar el disentimiento
Para comenzar, el experto pide contener el impulso de simplemente "seguir tu instinto", ya que esto suele implicar que uno no se para a escuchar contraargumentos y opiniones varias. "A menudo, ese desacuerdo se descarta porque es complicado, puede cansar y lleva su tiempo. Sin embargo, a veces es la manera correcta de prevenir ciertos riesgos", asegura Mailander.
Un estudio de la Universidad de Yale respalda sus palabras. En 2016, se encontró que el desacuerdo puede ayudar a aumentar la productividad. Pero desde la misma advertían que es más útil cuando uno se toma estas perspectivas ajenas como información valiosa, y no como discursos para vencer.
Para cualquiera que se encuentre ante una decisión compleja, uno de los responsables de dicho estudio, Matthew Fisher, aconseja estar predispuesto a escuchar otras opiniones, sin sentir la necesidad de simplemente hacer cambiar de opinión a los otros. Esto podría llevara encontrar nuevas soluciones o a descubrir alguna información útil, de acuerdo con el mismo.
2. Conocer tus puntos débiles
Volviendo a Mailander, este recomienda crear una red de contactos que hagan de "abogados del diablo", para no caer en la "falacia del éxito". Pone como ejemplo a Silicon Valley Bank (SVB), que tras años de éxito y crecimiento colapsó en marzo. Comenta que los responsables de la entidad dejaron de prestar atención a los puntos débiles de la compañía, lo que en última instancia provocó su caída.
Pone como ejemplo a seguir una de las startups con las que trabaja. Esta utiliza un ejercicio de comprobación trimestral, con el que se paran a analizar posibles patrones de comportamiento negativos. Y es que Mailander dice que reflexionar periódicamente sobre las propias circunstancias es positivo para cualquiera. Un ejemplo sería analizar cada mes el balance de crédito y débito, para buscar cualquier posible anomalía que pueda causar problemas financieros en un futuro.
3. Incorporar lo inesperado en tu rutina
Es obvio que esto es complicado, debido a la propia naturaleza del reto, pero Mailander afirma que se puede lograr mediante "un proceso de toma de decisiones muy consciente". Para el mismo, las decisiones bajo presión se toman de forma más adecuada si se descomponen en pasos replicables: anticipar problemas futuros, diseñar pasos para paliarlos, y practicarlos hasta que sean parte de la rutina.
El experto pone como ejemplo a una persona que busca empleo activamente, en distintas empresas. Si bien puede ser que solo obtenga una respuesta, o incluso ninguna, también se debe estar preparado para el potencial caso en el que varios empleadores le contacten y hagan ofertas, dando al trabajador poco margen de decisión.
Mailander dice que la mejor manera de hacerlo es apuntar las ventajas y desventajas de cada uno en el momento en que se aplique a la oferta de empleo. Añade que alguien de confianza a quien preguntar es también un recurso valioso para estos casos.
4. Atender a los cambios en las reglas de juego
Pone como ejemplo la llegada del coronavirus y el trabajo en las oficinas. En momentos de crisis o malestar, a veces las reglas de juego normales no sirven. Mailander comenta que muchos abandonan cuando este tipo de circunstancias hacen acto de presencia, y añade que actuando así difícilmente se alcanzará el éxito en algo.
Pero las personas que mejores son a la hora de tomar decisiones ven estas coyunturas como oportunidades. De nuevo, el experto acude a la pandemia: cuando los trabajadores comenzaron a pasar ocho o más horas diarias frente a una pantalla, empezaron a darse cuenta del daño que causa el uso excesivo de una tecnología en la salud, y al empezar a remediarlo muchos se volvieron más productivos que antes, en las oficinas.