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Este estudio de Harvard afirma que a la gente le gustas más de lo que te piensas

  • El trabajo señala que la gente subestima la opinión hacia uno mismo
  • Expertos hablan de la "brecha de simpatía" como algo que corregir
  • Creen que dar el primer paso y ser sincero ayudan a eliminarla
Foto: Dreamstime.

Iago Eguileta
Madrid,

Una investigación sobre comportamiento organizacional y procesos de decisión humana, llevado a cabo por la Universidad de Harvard la Universidad de Pennsylvania y por la compañía BetterUp, indica que a pesar de que una primera impresión es efectivamente algo de una sola vez (sin segundas oportunidades), esto no es realmente muy importante.

Este trabajo respalda la idea de que muchos adultos subestimaban la valoración que otros tienen de su persona, tanto en grupos pequeños como en equipos de trabajo. Estos investigadores llaman al fenómeno "brecha de simpatía", y afirman que puede echar para atrás a la gente más de lo que debería.

Los efectos de la "brecha de simpatía"

Rrica Boothby, coautora del estudio, le comentaba a CNBC Make It que existe una conexión entre la percepción que uno cree que los demás tienen de él y su rendimiento laboral. Estos efectos son amplios, según la misma. Explica que esta conexión se debe a que la persona cuya idea es que es del agrado de los otros, tenderá más probablemente a dar comentarios honestos a sus compañeros, lo que mejoraría la comunicación y por tanto el rendimiento del equipo.

El análisis que resultó de este trabajo, basado en una investigación previa de 2018 y publicado en 2021, mostraba una brecha persistente entre cuánto creen las personas que gustan a sus contactos y cuánto les gustan en realidad. 

Boothby afirma que existe una manera de traducir ese conocimiento en mejores relaciones laborales.

Tomar consciencia de la situación

Para ello, se basa en su propia experiencia personal. Y es que, tras conocer a un potencial compañero de investigación al que plantear una colaboración, se encontró en una repetición nerviosa de la conversación que mantuvo con este. Cuando su marido, compañero de trabajo, le aseguró que todo en la conversación había salido bien, entonces su cuestionamiento fue más allá. "Espera, ¿Qué es real y qué no lo es?", se preguntó.

Entonces, Boothby pide tener en cuenta siempre que esta "brecha de simpatía" existe, como primer paso. Y cuando se tiene una idea de lo que alguien nuevo piensa de uno, no es más que eso, una idea. Ella explica que hay mucha información que todavía no se sabe, y el cerebro tiene a llenar los espacio en blanco con cualquier cosa que le inquiete.

"En esos pensamientos, sustituimos lo que la otra persona puede estar pensando de nosotros, y simplemente no es cierto. Estarán pensando en todo tipo de cosas, pues tienen sus propias preocupaciones".

Ser el primero en actuar

El paso número dos, de acuerdo con Boothby, es actuar. Usa ahora el ejemplo de tomarse un café con un nuevo compañero, con el que se mantiene una conversación productiva pero no se vuelve a repetir. Probablemente la persona dedique tiempo a pensar que esa falta de contacto posterior se debe al desinterés, pero la experta recuerda que probablemente la otra persona esté pensando lo mismo.

Añade que ese parón es como el juego de la gallina: "Todo el mundo espera que alguien haga algo, pero nadie actúa". Entonces, este segundo paso consiste precisamente en ser la persona que da el seguimiento. "Date cuenta de que todo el mundo piensa en parte de esta manera. Solo tienes que ponerte ahí y ser el primero en mover ficha. Lo más probable es que obtengas una respuesta positiva", asegura Boothby.

No tener reparo en decirlo

La experta dice que se debe notificar a alguien cuando se haya mantenido una interacción positiva con esa persona. Por ejemplo, en el lugar de trabajo esto puede significar que se comente a un nuevo compañero que uno se alegra de conocerle, y que se espera volver a entablar conversación pronto. "Si te lo has pasado bien con alguien, probablemente esa persona también haya disfrutado contigo", confirma.

Pero no solo sirve en la oficina. Boothby explica que la "brecha de simpatía"  se combate también fuera de esta. Volviendo a su caso personal, ella explica que un contacto reciente le escribió poco después de conocerse al tomar café. Esa persona le comentó lo mucho que había disfrutado de ese momento junto a ella, a la vez que le ofrecía de manera abierta volver a verse.

Para Boothby, este es el ejemplo perfecto que representa la investigación en la vida real. "Incluso dejas pasar posibles relaciones cuando no haces eso. Es más común que nos siente bien hacer esto que no hacerlo,  solemos sentirnos más positivos, y cuando es el caso, debes mostrarlo más. Es una buena lección", añade.