Los planes hidrológicos estarán listos en primavera



    España tendrá aprobada toda la planificación hidrológica dentro de unos meses, tras acumular cuatro años de retraso sobre el calendario establecido por la UE y ser multada por ello.

    Durante su última comparecencia en el Parlamento, Federico Ramos, secretario de Estado de Medio Ambiente, comentó lo primero que le dijo el Comisario Europeo del ramo, Janez Potocnik, cuando se conocieron: "Si ustedes eran siempre el referente de Europa en materia de agua, si Europa copió su organización, su sistema de unidades de cuenca, sus confederaciones, si nosotros hemos seguido su modelo, ¿cómo se olvidaron tanto y cómo abandonaron tanto este campo?".

    De acuerdo con la Directiva Marco del Agua (DMA), aprobada en 2000, los socios comunitarios disponían de nueve años para elaboraran sus planes hidrológicos. España, pues, debería haber terminado los suyos hace más de cuatro años, pero a día de hoy todavía siguen pendientes dos, el de Canarias y el del Júcar. El retraso ha provocado que la UE nos abra dos procedimientos de infracción con unas multas que todavía se desconocen.

    En descarga, podría decirse que España es el país que debe elaborar más planes de toda la UE -tenemos 25 demarcaciones hidrográficos- y que nuestros planes son mucho más detallados que los de los demás socios comunitarios, pero no se puede afirmar que se hayan hecho bien los deberes. Retrasos y frenazos en los procedimientos de consulta pública fueron responsables de que a inicios de la legislatura sólo hubiera un Plan aprobado, el de las cuencas internas de Cataluña.

    La UE también nos ha abierto otros tres procesos sancionadores por deficiencias en la depuración, el mayor de los cuales afecta a los vertidos de 38 poblaciones mayores de 15.000 habitantes. Las multas tampoco se conocen aún, pero serán importantes, a juzgar por lo sucedido en otros casos similares, como en Bélgica.

    No es de extrañar que el comisario Potocnik le afeara al Secretario de Estado la dejadez de los últimos años.

    Sin embargo, durante la presente legislatura se han aprobado 13 planes hidrológicos y se prevé que los restantes estén listos durante este primer semestre, lo cual permite al Gobierno del PP afirmar que ha hecho más en tres años que el PSOE durante todo el mandato de Zapatero.

    Los planes, que abarcan hasta 2027, tienen como prioridad el abastecimiento y la depuración, actividades a las que se destina la mayoría de las inversiones. También prestan atención a los polémicos caudales ecológicos, que en algunas cuencas se han definido en su totalidad; el secretario Ramos presumía en el Congreso de que Bruselas ha solicitado nuestra metodología para calcularlos al objeto de elaborar una guía que permita su aplicación en toda la UE; "no debemos ser demasiado malos en esto cuando nos han pedido que les ayudemos", comentaba.

    El Gobierno espera tener todos los planes aprobados hacia la primavera, "tras volcar todo nuestro esfuerzo en los últimos dos años, y gracias a la colaboración y el trabajo constante con las Comunidades Autónomas", en palabras del ministro Arias Cañete. Acto seguido, se debería alcanzar un pacto nacional del agua y abordar el siguiente ciclo de planificación (2015-2021), cuyo embrión técnico acaba de salir a información pública; entre otras novedades, incluirá la gestión de los riesgos de inundación.

    Planes más importantes

    El Plan del Tajo es el que tiene asignado el mayor volumen de inversión, 6.100 millones de euros, de los que 3.500 son para saneamiento y depuración, con el objetivo de que el 92 por ciento de las masas de agua estén en buen estado ecológico en 2027. En la cabecera se ha aumentado el volumen mínimo de reserva, que ha pasado de 240 a 400 hectómetros cúbicos al año, lo que permitirá generar caudales de avenida para revitalizar el cauce del río. Ello también contribuirá incrementar el caudal entre Aranjuez y Talavera de la Reina, tramo en el que se hace hincapié.

    El siguiente Plan por volumen de inversión es el del Duero, donde se alcanza la cifra de 3.800 millones. El saneamiento y la depuración percibirán 1.800, mientras que otros 1.800 beneficiarán con nuevas infraestructuras a los regantes y a otros usuarios, con atención preferente a sistemas como el del Órbigo o el Carrión.

    El Guadiana es el tercero del podio de inversión prevista, con 3.600 millones, de los que 1.750 se destinarán a saneamiento y depuración, y 1.500 a otros usos. El Plan contempla medidas para ahondar en la recuperación del alto Guadiana, que, tras unos años lluviosos, vuelve a tener afloramientos y unas aceptables Tablas de Daimiel.

    Empatado con el Guadiana está el Segura en esa tercera plaza, cuyo Plan también prevé otros 3.600 millones. La escasez de agua -se ha incrementado el 6 por ciento la reserva para abastecer Albacete- y las necesidades de la pujante agricultura, obligan al Plan a incluir numerosas medidas de racionalización y ahorro. La satisfacción de las demandas de agua se llevan el grueso de la inversión, 1.700 millones.

    La cuenca del Júcar, también deficitaria, recibirá un trasvase de 245 hectómetros cúbicos anuales y avanzará en la sustitución de bombeos en el acuífero de La Mancha oriental -lo que disminuirá la extracción de agua- y en la reducción del consumo en los regadíos tradicionales de ribera. Recibirá un total de 3.300 millones -con 1.400 para saneamiento y depuración-, de los que casi 700 se destinarán a la mitigación de fenómenos extremos.

    El Guadalquivir estrena exigencias de eficiencia mínima en el uso del agua, de las que quedan temporalmente eximidas las poblaciones menores de 50.000 habitantes. Su Plan fija una inversión de 3.200 millones, de los que 1.250 se orientarán a saneamiento y depuración. Los sistemas de explotación pasarán de 15 a ocho para aplicar una gestión más uniforme.

    En la Confederación del Ebro se planea invertir 2.500 millones, repartidos entre 1.100 para saneamiento y depuración, y 1.300 para regadíos y otros usos. Como novedad, la Planificación incorpora que la Confederación gestione sus aprovechamientos hidroeléctricos en beneficio de los territorios afectados por las presas.

    En la Confederación Hidrográfica del Cantábrico cuentan con unas inversiones de 3.100 millones, con 1.450 para saneamiento y depuración; en el País Vasco se aplicará el primer Plan realizado allí desde que se transfirieron las competencias en 1994.