15 Aniversario
Los retos de la industria de gestión de activos para los próximos 15 años
- La riqueza de las familias en bienes inmuebles se verá reducida del actual 75% al entorno del 60%
Ángel Martínez Aldama
Aprovecho esta tribuna para felicitar a El Economista por su 15º aniversario y estimularle a que en los próximos quince años pueda seguir siendo testigo y comunicador del desarrollo, ciertamente prometedor, de la industria de gestión de activos.
Si bien es un plazo muy prolongado para hacer vaticinios, sin embargo sí se pueden esbozar las siguientes características que creo que conseguiremos:
- La mayor necesidad de activos líquidos y de más rentabilidad a los ahorros, como consecuencia de la creciente longevidad, va a impulsar a los fondos (tanto de inversión como de pensiones) en detrimento de inmuebles y de depósitos/cuentas a la vista.
Por tanto, ese porcentaje sobre el ahorro financiero de las familias, que actualmente supone casi el 21%, lo veremos en el entorno del 40%, con un especial desarrollo de los fondos de pensiones en el ámbito de las empresas.
Asimismo, el actual 75% de riqueza de las familias en bienes inmuebles, se verá reducido al entorno del 60%, especialmente una mayor tendencia de las generaciones millennials (de 28 a 40 años de edad) y centennials (menores de 27 años) al alquiler frente a la propiedad de la vivienda.
- Una digitalización plena de las comunicaciones y una amplia gama de servicios de valor añadido con los clientes, con simulaciones individualizadas y propuestas de inversión ad-hoc.
- Acceso y contratación multicanal de los partícipes de fondos de inversión y de los fondos de pensiones.
- Una mayor sofisticación en la oferta de fondos de inversión tanto en el ámbito de los activos (alternativos), como en el de los partícipes, con un peso más relevante de los fondos institucionales, que hoy apenas suponen el 25% del patrimonio, frente a la media europea del 70%.
En definitiva, en los próximos quince años el sector de gestión de activos, que ya hoy día tienen un desarrollo relevante como palanca de financiación de la economía real, va a ver incrementado su protagonismo, en línea con el resto de las economías desarrolladas, siendo un acto relevante para la consecución de los objetivos de sostenibilidad.