El deterioro de la economía estadounidense, que evidenció el mazazo del PIB del tercer trimestre (conocido hace dos viernes), se confirmó la semana pasada con múltiples datos como el ISM, la confianza del consumidor, la productividad o los pedidos de fábrica.
Es más, la espectacular subida de los costes laborales añadió a este escenario de aterrizaje brusco el riesgo de unas presiones inflacionistas inesperadas. El desempleo conocido el viernes alivió estos temores con una caída inesperada de la tasa de paro, un dato que cortó ipso facto las expectativas de un recorte de los tipos de la Fed al inicio del invierno.
Así las cosas, el escenario de los mercados no puede ser más confuso. ¿Seguro? No, se puede liar todavía más con las elecciones legislativas que se celebrarán el martes en EEUU, para las que se augura una victoria de los demócratas en una o las dos cámaras del parlamento. De confirmarse, Bush se vería obligado a una desagradable cohabitación que le impedirá sacar adelante muchos proyectos en sus dos últimos años de mandato. Y al mercado lo que menos le gusta es la incertidumbre.
De ahí que muchos analistas hayan apostado porque el resultado electoral puede provocar la corrección que tantos esperan y no termina de llegar. Es perfectamente posible, y no haría más que agravar el cambio de rumbo de la semana pasada: el Dow Jones acumula seis caídas consecutivas.
Ahora bien, estas seis caídas han sido mínimas, y suponen un retroceso nimio comparado con el rally que viene de julio, a pesar de que las noticias económicas habrían justificado una corrección mucho mayor. Por tanto, como les decimos desde hace meses, cuidado con sobreestimar el poder de los bajistas en el mercado actual. La tendencia sigue siendo alcista y nada en los gráficos nos permite apostar por un cambio en el corto plazo.
La política dominará por una vez a la economía en la atención de los inversores, algo favorecido también por la escasez de datos relevantes esta semana, a diferencia de las anteriores: crédito al consumo (martes), precios de la importación, inventarios y balanza comercial (jueves).
Por otro lado, continuará la temporada de resultados. A pesar de estar tocando a su fin, aún tendremos algunos nombres importantes esta semana: Toyota (martes), Cablevision y Federated Department (miércoles), Cisco, Disney y JC Penney (el día estrella de la semana, el jueves) y NTT y Petrobras (viernes).
En Europa, habrá algo más de movimiento en los datos económicos: precios industriales de la zona euro y pedidos de fábrica de Alemania (hoy), ventas minoristas de la zona euro y producción industrial alemana (martes), precios mayoristas en Alemania, PIB, producción industrial e IPC de Francia (viernes) y, como colofón, una conferencia conjunta de Trichet y Bernanke también para el viernes.
El apartado empresarial estará mucho más movido (cuando la temporada declina en EEUU, llega a su apogeo en Europa): sobresaldrán las cuentas de Deutsche Börse, Ryanair, Munich Re, Mediaset, Telecom Italia, Pirelli, Deutsche Post, Total, E.ON, EADS, Henkel, Adidas, Deutsche Telekom, RWE, Aegon, ING, ENI, Generali, Société Générale, Siemens, Fortis, Lafarge, EDP, Allianz, Autostrade y San Paolo. En España, conoceremos las cuentas de Mittal, Gas Natural y Abertis (todos el martes).