Hicieron falta cuatro intentos, pero el índice más conocido del mundo lo consiguió por fin ayer: batió su anterior récord histórico -tanto intradiario como de cierre- marcado el 14 de enero de 2000. Su máximo del día fue 11.758,95, y cerró en 11.727,34, cinco puntos por encima del anterior. La subida final fue del 0,49%.
El mercado vuelve a ignorar las tensiones geopolíticas y el temor a la recesión, animado por la caída del crudo.
El hecho de que el Dow Jones no haya necesitado más que cuatro días de consolidación en zona de resistencias -sin siquiera una mínima corrección- para batir esos niveles habla a las claras de la enorme fortaleza alcista. Lo cual parece augurar mayores subidas a corto plazo.
Ahora bien, el mercado tiene que corregir tarde o temprano, y eso podría ocurrir sin mucha tardanza. En todo caso, no se puede cantar victoria todavía: hace falta confirmar la ruptura de ayer y que el Dow Jones Transportes también bata su resistencia de 4,500 (ayer se quedó en 4.469 tras una fuerte subida del 0,82%).
El Nasdaq y el S&P 500 tuvieron un día más flojo que el Dow, como empieza a ser habitual: el primero subió el 0,27% y el segundo, el 0,21%. En Europa se impusieron los recortes tras los intentos fallidos de los últimos días, aunque los descensos tampoco fueron demasiado graves: del 0,435 para el Ibex y del 0,32% para el EuroStoxx. En vista del récord del Dow Jones, todo apunta a que hoy se retomarán las alzas en nuestro mercado.
La causa más citada para la subida de Wall Street fue el nuevo batacazo del crudo, de casi el 4% hasta dejar al barril por debajo de 59 dólares (su nivel más bajo en 14 meses). Detrás de este movimiento se encuentran, según los observadores, las elevadas reservas, la actividad de exploración, la no-confirmación de la escasez de oferta, la caída de la demanda estacional y la ausencia de huracanes como los del año pasado.
La caída del petróleo provocó fuertes pérdidas en el sector en bolsa, sacudido además por un profit warning de ConocoPhillips. Pero el resto del mercado reaccionó con alegría. Una alegría que ignoró nuevos riesgos geopolíticos, como la creciente escalada con Corea del Norte por su intención de realizar una nueva prueba nuclear.
No hubo datos relevantes macroeconómicos, aunque sí sectoriales: los principales fabricantes de automóviles anunciaron un descenso de ventas menor del que se temía, e incluso Ford logró crecimiento. Aparte, Boeing se disparó el 2,3% tras el anuncio de un nuevo retraso en el A380 de su rival EADS, que seguramente sufrirá hoy un duro castigo en Europa.
En otros mercados, pocos movimientos en las divisas y ligera caída del precio de los bonos tras la reciente subida, con lo que su rentabilidad en EEUU subió al 4,62%.