Im-presionante, que diría el torero. Los alcistas no están fuertes, sino fortísimos. La mínima corrección del martes fue todo lo que necesitaron para recuperar las fuerzas y lanzar el ataque definitivo sobre los niveles en que se habían atascado la semana pasada. El Ibex superó los 12.400 y el S&P marcó récord desde febrero de 2001.
Niveles que saltaron por los aires y dieron paso a nuevos máximos anuales en varios índices.
Y eso, a pesar de que la Fed no despejó las incógnitas que se planteaba el mercado antes de su reunión. Mantuvo tipos, como se esperaba, se aferró a su escenario de aterrizaje suave, como se esperaba… pero dejó abierta la puerta a más subidas en próximas reuniones, puesto que reiteró las tensiones inflacionistas que persisten pese a la caída del crudo. Y eso no se esperaba.
Antes de la reunión, Europa se había desmadrado: el EuroStoxx se anotó el 1,62% y el Ibex marcó máximo anual por encima de 12.400 con un avance del 1,51%. Wall Street abrió fuerte y, aunque tras el comunicado de la Fed perdió algo de fuelle, al final remontó de nuevo. Las alzas al cierre fueron del 0,63% para el Dow Jones, del 0,52% para el S&P y de un portentoso 1,37% para el Nasdaq, sobre todo después del hundimiento de Yahoo el martes.
Así pues, los alcistas han vuelto a dar un golpe de mano y lo tienen todo de cara para alcanzar máximos anuales antes de que termine el año. Por supuesto, sigue habiendo muchas dudas sobre la subida y elementos que no encajan –siempre los hay-, pero la tendencia es indudable. La corrección llegará algún día, por supuesto; pero parece que todavía falta para ello.
El comportamiento del Nasdaq tuvo detrás los buenos resultados (para variar) de un gigante del software: Oracle. Tal como anunciaba su subida del martes en el alter hours, el valor se disparó el 11,1% ayer en la sesión normal. También fueron bien recibidos los resultados de Morgan Stanley, que provocaron alzas en todos los bancos de inversión.
Otro elemento positivo para los alcistas fue la nueva caída del precio del petróleo, que no encuentra freno. Ayer cayó otro 2% hasta 60,46 dólares, a pesar de una caída de las reservas semanales en EEUU. Por el contrario, el oro subió hasta 586,2 dólares.
Los bonos mantuvieron sus alzas en precios, al igual que la bolsa, después de la reunión de la Fed, con lo que su rentabilidad cayó a mínimos de seis meses: 4,73%. Finalmente, las divisas apenas reaccionaron a la decisión: el euro sigue moviéndose en torno a los 1,27 dólares.