Nadie podrá decir que no se veía venir la corrección de ayer en las bolsas: la incapacidad reiterada de batir los máximos anuales tras una subida tan vertical anunciaba la necesidad de una corrección/consolidación antes del ataque definitivo.
A esta necesidad de reducir la sobrecompra se sumaron ayer otros elementos negativos, como la incertidumbre sobre la reunión de hoy de la Fed –no sobre un movimiento de los tipos, que está descartado, sino sobre el signo del comunicado- o el batacazo de Yahoo tras dar un profit warning.
La economía tampoco ayudó en el lado europeo, con una caída del índice Zew alemán a mínimos de siete años; en el americano, los inicios de viviendas también cayeron a su nivel más bajo en tres años, aunque los precios de producción dieron una sorpresa muy positiva con una caída totalmente inesperada.
A pesar de estos elementos de incertidumbre, los índices lograron recuperar parte de las caídas que llegaron a sufrir durante la sesión. Al final, el Ibex sólo se dejó el 0,38% y el EuroStoxx, el 0,74%. En EEUU, el Dow Jones redujo su descenso a un mínimo 0,12%, el S&P lo dejó en el 0,22% y el Nasdaq, que llegó a bajar más del 1% por culpa de Yahoo, acabó cediendo sólo el 0,6%.
Por supuesto, esta corrección puede continuar a corto plazo, e incluso puede llevar a los índices a zona de soportes. Pero esta recuperación final es otra muestra de la enorme fortaleza alcista. Si hoy la Fed mantiene su discurso de aterrizaje suave y no alerta de nuevas alzas de tipos en el futuro, el ataque a los máximos anuales puede ser inminente.
Es más, la predisposición es positiva para hoy: Oracle se disparó el 8% en el alter hours después de batir las expectativas con sus resultados trimestrales. También es positivo el comportamiento del petróleo, que ayer recayó con fuerza hasta mínimos del año en 61,66 dólares. En el otro platillo de la balanza, el golpe de Estado en Tailandia, que a buen seguro tendrá un impacto negativo en la sesión asiática.