
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha decidido mantener intactos sus estímulos monetarios a la espera de "más evidencias" de que la situación económica mejora. El banco central considera que la recuperación de la economía estadounidense aún no es sostenible y el paro sigue siendo "elevado".
El cierre del Gobierno durante algo más de dos semanas a principios de octubre tampoco ayudó mucho. Con toda probabilidad, habrá que esperar todavía algunos meses antes de que la Fed comience a reducir sus compras de bonos por valor de 85.000 millones de dólares mensuales. Lea aquí el comunicado de la Fed (en inglés).
La confianza empresarial y de los consumidores se ha visto mermada por la larga batalla por el presupuesto en Washington, que provocó un cierre parcial del Gobierno drante 16 días, la paralización de sus actividades no esenciales, y llevó al país al borde de un impago de la deuda.
Ya en septiembre, antes de que se produjese el citado debate fiscal, la Fed sorprendió al mercado con su decisión de mantener sin cambios las compras de bonos, al considerar que la recuperación no es todo lo sólida que cabría esperar. Esta decisión sorprendió a muchos analistas, que esperaban que el organismo diese un paso más en su política monetaria y anunciase el inicio del fin de los estímulos económicos en EEUU.
Tras esa decisión, los efectos del citado cierre de Gobierno en la economía hacían prever que el banco central tampoco iba a anunciar hoy ningún cambio. Así las cosas, todo sigue igual: tipos de interés en mínimos históricos durante un largo tiempo (al menos hasta que la tasa de paro continúe por encima del 6,5%) e inyecciones de 85.000 millones de dólares mensuales con la compra de deuda hipotecaria y soberana.
"El cierre del Gobierno en octubre, sin duda, desaceleró la economía en el cuarto trimestre", escribieron los economistas de Rabobank en una nota a sus clientes. "Llegará 2014 antes de que podamos ver una serie de meses de datos económicos que puedan convencer al organismo de que la recuperación continúa a un ritmo sólido", agregan.
Incluso la propia Reserva Federal ha observado de forma reciente una cierta desaceleración en el crecimiento de EEUU, tal y como constató la publicación del Libro Beige que difunde el organismo. Aunque la institución sugiere en general que la actividad económica ha continuado expandiéndose a un "ritmo moderado", afirma que "la política fiscal está frenando el crecimiento económico".
Asimismo, señala que los indicadores del mercado laboral han mostrado cierta mejora, aunque el desempleo sigue siendo elevado. Y constata que el gasto de los hogares y la inversión fija empresarial han aumentado, mientras que la recuperación del sector inmobiliario se ha ralentizado en los últimos meses.
¿Y la inflación?
Respecto a los precios, señala que, aparte de las fluctuaciones debido a los cambios en los precios de la energía, la inflación se ha mantenido por debajo del objetivo del Comité, pero las expectativas a largo plazo se han mantenido estables.
La Fed confía en que con una política acomodaticia adecuada el crecimiento económico repunte próximamente y el desempleo descienda hasta un nivel coherente con su mandato. Además, cree que los riesgos a la baja para el crecimiento y el mercado laboral han disminuido desde el pasado otoño, aunque admite que una inflación permanentemente por debajo del objetivo del 2% puede acarrear riesgos.
En este contexto, apunta que, "teniendo en cuenta el grado de ajuste fiscal en el último año, el Comité ve una mejora de las condiciones de la actividad económica y del mercado laboral desde que inicio su programa de compra de activos hace un año en consonancia con la creciente fortaleza subyacente de la economía en general".
Sin embargo, añade que el Comité ha decidido esperar a que haya "más evidencias de que este progreso es sostenido" antes de iniciar el ajuste el ritmo de sus compras de deuda.
Fecha límite: ¿marzo?
Así las cosas, la mayoría de analistas creen que esta política de la Fed se mantendrá al menos hasta la reunión del 18 y 19 de marzo y, para entonces, las compras bajarán a unos 70.000 millones de dólares mensuales.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, señaló la semana pasada que la Fed necesitará más tiempo para evaluar cuánto daño provocaron las batallas presupuestarias en Washington a la economía del país.
"Octubre es (un mes) duro. ¿Diciembre? Creo que necesitamos un par de buenos informes laborales y evidencias de un aumento del crecimiento, de expansión del PIB. Probablemente tomará algunos meses resolver eso", declaró Evans.
Un voto en contra
La decisión de mantener la política monetaria contó con el voto a favor de todos los miembros del comité a excepción, una vez más, de Esther L. George, quien mostró su preocupación ante la posibilidad de que el elevado grado acomodaticio de la política monetaria incremente los riesgos de futuros desequilibrios económicos y financieros y, con el tiempo, provoque un incremento de las perspectivas de inflación a largo plazo.
En concreto, la Fed seguirá realizando cada mes compras adicionales de valores respaldados por hipotecas por un importe de 40.000 millones de dólares y de bonos del Tesoro a largo plazo por 45.000 millones de dólares.
"En conjunto, estas acciones deberían mantener las presiones a la baja en los tipos de interés a largo plazo, apoyar los mercados hipotecarios y ayudar a hacer las condiciones financieras más acomodaticias en general, lo que debería promover una recuperación económica más fuerte", agrega la institución presidida por Ben Bernanke.