Televisión
Sonsoles Ónega: "Nunca sabes cómo hacer bien un divorcio, pero es liberador"
Informalia
Sonsoles Ónega es sin duda una de las grandes estrellas de Atresmedia: junto al equipo del programa que lleva su nombre, sostiene de lunes a viernes las tardes de la cadena en un magacín que incluye testimonios, tertulias, sucesos y crónica social. El balance de temporada ha sido muy bueno: es líder de su franja y ha capeado más que bien la locura vespertina que se montó con La Familia de la Tele, el Sálvame de María Patiño, Belén Esteban y otros ex de Mediaset que TVE lanzó y mantuvo durante casi dos meses. Ahora, Sonsoles descansa. A sus 47 años, la periodista, la escritora, la flamante ganadora del premio Planeta y madre de dos hijos, concede una entrevista a El País.
Sonsoles Ónega estuvo de fiesta hace días con sus compañeros y compañeras del programa y se fue de vacaciones. Tenía motivos para celebrar. De momento, se ha ido a Sotogrande con su novio, Juan Montes, separado como ella y también padre, aunque sus hijos son ya veinteañeros. La escritora habla del amor maduro tras un divorcio: junto al financiero rehízo su vida hace dos años, tal y como adelantó Informalia. En la entrevista que este sábado concede a El País se muestra dolida porque, según dice, intentan frivolizar con su vocación de escritora. "Estoy más hecha de tristeza que de felicidad", afirma. "Soy escritora de supermercado con mucho gusto, quiero que me lean las madres del cole", señala. La periodista habla no solo de su trabajo: comenta las renuncias de las madres. Sonsoles se fuma unos cuantos Marlboro Light al día pero quiere dejarlo, según confiesa.
Añade Sonsoles que no compra el título de "reina de las tardes": "No me representa y no es falsa modestia. Me encanta hacer bien mi trabajo, pero a las reinas se las puede destronar y no quiero que me destronen", contesta cuando le preguntan por ese título, que recuerda inevitablemente al de "Reina de las mañanas" que se otorgó durante muchos años a su ex jefa Ana Rosa Quintana y antes a María Teresa Campos.
Sonsoles también haba de su madre, Marisol Salcedo. A sus padre o su hermana Cristina les conocemos más pero no a su madre: "Fue funcionaria del Estado, trabajaba en la Moncloa. Es una mujer optimista, divertida, muy presente en nuestras vidas, más que mi padre por razones obvias, y siempre nos enseñó a ser muy independientes", relata Sonsoles. También dice que para con ella menos tiempo del que le gustaría: "Soy el pegamento de mi familia y eso que tengo una custodia compartida y mis padres también están divorciados", apunta. "Mi generación es hija de un divorcio no regulado. Era legal, pero no tenía reglamento. Se aprobó con muchas lagunas porque no existían los convenios reguladores. Probablemente, en mi clase, era la única hija de padres divorciados", recuerda en el diario de Prisa. Sonsoles afirma con rotundidad que la entrega al trabajo ha condicionado sus relaciones: "Absolutamente. Es el gran timo de la mujer trabajadora. Para nosotras tiene un coste emocional mucho más elevado que los hombres, que están programados para no sentir culpa por no recogerles del cole o no hacer los deberes con ellos, pero no hay que hacer un mundo de esto porque la alternativa es renunciar. Borraría esa palabra del diccionario. Pienso que una madre feliz y no frustrada es la mejor compañera para un hijo", revela.
"Cuando me divorcié liberé a una Sonsoles que llevaba mucho tiempo apresada"
"Nunca sabes cómo hacer bien un divorcio, pero es liberador. Aguantar por aguantar no tiene ningún sentido. Hay que divorciarse más. Mis editoras dicen que pude escribir en los años más exigentes de mi vida, cuando estaba desarrollando mi carrera televisiva y fui madre dos veces, porque era infeliz en mi matrimonio. Cerrar la puerta era casi una salvación. Cuando me divorcié liberé a una Sonsoles que llevaba mucho tiempo apresada", explica en la entrevista. La periodista, que mantuvo una relación con el arquitecto César Vidal después de su divorcio y antes de estar con el financiero que está ahora, describe el amor maduro como "más sereno" y sin aspiraciones.
"Solamente tienes que no joderla porque no aspiras a tener hijos aunque te hubiera gustado y pienses: "¡Joder, ¿por qué no fue con él?". Y tienes una sensación de finitud. Entonces no discutes, ves venir el problema, no te enfangas en tonterías y tratas de disfrutar al máximo", comenta.
Como apuntábamos, en su entrevista para El País, Sonsoles Sonsoles sostiene que hay un intento de desalmarla y que eso le duele: "El alma es mía, no me la pueden robar", añade. Y define "desalmar" por si queda alguna duda de a qué se refiere: "Restar valor y frivolizar con mi vocación. Es injustificado e injusto porque no han profundizado en mi carrera literaria. ¡Probablemente ni me hayan leído! Entiendo casi todo, pero me duele que juzguen por etiquetas, por eso huyo de ellas", aclara. Sonsoles adelanta que ahora está escribiendo sobre el siglo XIX : "Es alucinante las mujeronas que había creando, pensando, instruyendo... Y que han sido arrinconadas y no reconocidas", recuerda.