José Pablo López explora las posibilidades de hacerse con un canal en abierto para PRISA: entre pillos anda el juego
Martín Alegre
Los consejeros mediáticos de Pedro Sánchez han convencido al presidente del Gobierno de que es bueno para sus intereses que PRISA tenga de nuevo un canal de televisión. Da igual que la operación sea ruinosa en términos de rentabilidad. El objetivo es que el Ejecutivo conceda un canal de televisión y si no hacerse con TEN, propiedad de Secuoya y explotado por Mediapro. José Miguel Contreras es máximo responsable editorial de PRISA, pero a la vez es asesor de Moncloa, capo di capi en la sombra de TVE, fundador de Infolibre, contertulio en la Ser (y en TVE), productor audiovisual con RTVE como gran cliente, vendedor de cadenas, catedrático, investigador, filántropo o señalador de presidentas de RTVE. Ahora además se ha puesto manos a la obra y cuenta con José Pablo López, ex director de RTVE, como Señor Lobo para tratar de perpetrar la jugada de hacerse con una tele en abierto y luego dejar la zona lo más limpia posible tras ejecutar su misión. No sería de extrañar que, de sacar adelante su cometido, se quedara allí y conservara a sus amigos los Fabricantes y su nuevo Sálvame. Mientras tanto, Joseph Oughourlian, máximo accionista de PRISA, en desacuerdo con ésta y otras operaciones, no se marcha si no le dan lo suyo. El aparato de la empresa editora de El País busca accionistas comprometidos con la causa para tapar el agujero del magnate galo y poco a poco van entrando paganinis. En la parte editorial ni pincha ni corta el dueño de Amber Capital, que se come lo que cocina Contreras igual que hace Cascajosa en RTVE, aunque la 'presi', que también recibe órdenes directas de Pedro Sánchez, no se juega su dinero.
Cuando Contreras y PRISA recibieron envueltas en papel de regalo laSexta y Cuatro y luego se las vendieron al duopolio que al que ahora señalan
Parece que fue ayer, pero hace ya casi 20 años que La Sexta recibió la licencia de emisión: el 25 de noviembre de 2005 se fabricó el regalo de José Luis Rodríguez Zapatero a José Miguel Contreras y sus asociados: la autorización se había publicado en junio de 2005 en el BOE junto al Plan Nacional de Televisión Digital Terrestre. Tras varios paripés con otros solicitantes y diversos tejemanejes financieros, mercantiles, y sobre todo políticos, el propio Contreras, a la sazón, consejero del Grupo Árbol y futuro director ejecutivo de La Sexta, dio a conocer la fecha oficial de alumbramiento de la nueva cadena, febrero de 2006. Solo cinco años después, a finales de 2011, Contreras y los demás depositarios del obsequio de Zapatero hicieron caja y vendieron la cadena que hoy pertenece a Atresmedia.
El caso de Cuatro es similar: Aquí fue el Grupo Prisa, hoy en manos de Contreras (en términos editoriales), el destinatario del "regalo" a través de una reconversión de la concesión del canal analógico nacional por el que emitió, desde 1990, el canal de pago Canal+, que en aquella época estaba en manos de Sogecable. Fue hacia mediados de febrero de 2005 cuando el consejo de administración de Sogecable —Rodolfo Martín Villa y Javier Díez de Polanco—, solicitó al Gobierno que se modificaran las condiciones suscritas en el contrato de concesión aprobado en 1989 durante la presidencia de Felipe González, para que su cadena analógica Canal+ pudiera efectuar sus emisiones en abierto. A diferencia de otros empresarios y directivos del sector de televisión en abierto, los enchufados de Prisa no desembolsaron importantes sumas de dinero para obtener sus respectivas licencias de emisión: es decir, al Grupo Prisa se le había concedido una del mismo tipo pero de forma gratuita. Años después se la vendieron a Berlusconi. Ahora, los dos beneficiados de aquellas concesiones, o sea, José Miguel Contreras y Prisa, los mismos que vendieron las cadenas que les habían "regalado" a Atresmedia y Mediaset, atacan el duopolio que ellos engordaron con sus principales cañones mediáticos: la Ser y El País, orientados hacia la guerra por la consecución de un nuevo canal: quieres hacerse con TEN.
Se da la circunstancia de que Contreras es hoy director de Contenidos de PRISA Media, el mismo grupo que desde la Ser y El País denuncia ahora el duopolio televisivo que ellos mismos contribuyeron a engordar (haciendo caja), vendiendo laSexta y Cuatro a los propietarios de Antena 3 y Telecinco, respectivamente. En medios del sector se entiende este movimiento como un claro intento de calentar su regreso a la televisión en abierto de la mano de TEN, el que ha acogido a los sucedáneos de Sálvame, que aportan el 50% de la audiencia del canal de Secuoya. Joseph Oughourlian, fundador de Amber Capital y mayor accionista del Grupo PRISA, no quiere ni oír hablar de la operación. Desde el entorno del financiero francés se entiende que no será rentable y que se trata más bien de otra jugada política auspiciada por Moncloa y capitaneada por Contreras para reforzar su escudo mediático. Alrededor del magnate de origen armenio se comenta que él se va "si le pagan lo suyo". Pero no es fácil encontrar paganinis. PRISA va encontrando socios capaces de comprar trocitos incluso a sabiendas de que sus inversiones pueden ser ruinosas, como bien saben otros que se atrevieron a arriesgar su capital en el grupo que fundaron en los albores de los años 70 José Ortega Spotorno, Carlos Mendo, Darío Valcárcel, Jordán Urríes y Juan José de Carlos y a los que después se uniría Jesús de Polanco.
Nuevos paganinis deseosos de complacer a Moncloa y que pueden perder unos milloncitos
Fuentes conocedoras de esta nueva jugada, dicen que, en efecto, tiene que ver más con la política que con la rentabilidad. Si bien, habrá quien cobre buena tajada en cash en caso de éxito. Después de la reciente entrada de Adolfo Utor, dueño de Balearia, con un 5,4%, ahora se incorpora como accionista Diego Prieto, fundador y presidente del Grupo SSG, compañía dedicada al transporte sanitario vendida a Asterion Industrial Infra Fund II, el fondo de infraestructuras dirigido por Jesús Olmos, tal y como se ha comunicado a la CNMV. Fuentes citadas por Dirconfidencial aseguran que Prieto quiere hacerse con el 5% de PRISA para cumplir con las exigencias fiscales y acogerse a los beneficios de reinversión.
Tanto la Ser como El País han señalado a Atresmedia y Mediaset pero omitiendo que la actual configuración televisiva fue diseñada por el PSOE, con José Miguel Contreras y ellos mismos. El Grupo Prisa ha puesto sus cañones mediáticos en favor de la guerra subterránea que libran para volver a la televisión en abierto de la que huyeron en 2010 para hacer caja mediante la venta de las licencias que les había concedido el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Hace 14 años comenzó a forjarse el duopolio televisivo que ahora denuncian la Cadena SER y El País, que la semana pasada pusieron el grito en el cielo para denunciar que Mediaset y Atresmedia rondan el 85% de la facturación publicitaria televisiva de España. Omiten que fue el PSOE el que avaló la digestión de Cuatro por parte de Telecinco, que creó Mediaset España y abrió el coto para que poco después Antena 3 se ensanchara en Atresmedia tras 'comerse' a la ruinosa La Sexta (que había dirigido con insoportables pérdidas el hoy denunciador José Miguel Contreras, antaño CEO de la cadena verde y actual director de Contenidos de Prisa).
Prisa echa de menos la televisión
Prisa elevó sus pérdidas a 33 millones de euros en 2023 y sufre una deuda que ronda los 800 millones de euros, lo cual no le impide que quiera articular una nueva televisión progubernamental que podrían capitanear el ex director de Contenidos de RTVE, José Pablo López, y el actual director de Prisa Vídeo, Fran Llorente. La compañía presidida por Joseph Oughourlian podría sufragar la aventura con el gran negocio en RTVE de una de las filiales de Prisa, LaCoproductora, que este año rondará los 10 millones de euros de facturación con productos como This is My Jam! España, En primicia o El condensador de fluzo. El gigante mediático fundado por el desaparecido Jesús de Polanco quiere que el Grupo Secuoya le arrende la licencia de Ten, hoy explotada por el Grupo Mediapro (que ha hecho hueco a los ex de Sálvame). Secuoya produjo la serie documental inédita sobre Pedro Sánchez, pero teme que Atresmedia les corte el flujo de encargos si dan cabida televisiva a Prisa (ya que, al igual que Planeta, sería el único gran grupo español que ejerza de editor de periódicos, radios y televisiones).
¡Es la guerra!
El País publicó hace diez días un reportaje titulado "Teles: una audiencia en declive y un buen negocio", en el que denunciaban la paradoja de los grandes beneficios generados por los principales operadores pese a que el consumo televisivo se ha desplomado en España un 9% en el último año. Antes, la Ser había disparado en la misma dirección. "La inversión publicitaria en televisión se mantiene plana o ligeramente decreciente en los últimos años y quienes más acusan ese declive son los canales en abierto, pero la situación de un duopolio de facto en el mercado audiovisual español permite a ambos grupos contener la sangría", dice El País. "En 2023, la inversión publicitaria de las televisiones nacionales en abierto controladas por Infoadex se situó en 1.480 millones de euros, lo que supone un decrecimiento del 2,6 % con respecto al 2022. Pero estos dos grupos audiovisuales concentran el 82% del total de la inversión recibida por el medio, según datos de Infoadex. Ni las televisiones de pago ni los canales estatales y autonómicos les hacen sombra", añaden. El jefe de Economía de la Cadena SER, Javier Ruiz, aseguró hace unos días en la tertulia del Hoy por hoy que Atresmedia y Mediaset rondan el 85% de facturación publicitaria en materia televisiva. En este caso, la SER ha pervertido la intención del Gobierno de trasponer una directiva europea en materia mediática (que pondría transparencia sobre editores o publicidad institucional con el ánimo de dañar a la 'Fachosfera', en terminología sanchista). Ya que la emisora utiliza un brindis al sol secundario de la Ley Europea de Libertad de Medios, que pide acabar con las grandes concentraciones en el sector, con el ánimo de poner en la diana a Atresmedia.
Guerra Prisa-Atresmedia
El último año la guerra entre Prisa y Atresmedia es pública y notoria. Especialmente ruidosos fueron los palos de Àngels Barceló contra Carlos Alsina, que el pasado año comenzó su entrevista en la campaña electoral a Pedro Sánchez con un criticado "¿Por qué nos ha mentido usted tanto?". También fue notoria la viral crítica del número 2 del periódico El País, Jordi Gracia, contra la decisión del Grupo Planeta de entregarle su millonario premio literario a Sonsoles Ónega por su novela 'Los hijos de la criada'. "Las aberraciones narrativas son continuas. Las inconsecuencias también. Las cabriolas caprichosas se suceden hasta extremos delirantes (. . .) El efecto que deja este último Premio Planeta es desolador: parece un acto de transgresión cultural intrasistémico. Maravilla la capacidad de 'Las hijas de la criada' para desescalar hacia abajo y sin límite en el subsuelo de la novela", escribió Gracia. El peso pesado de El País lamentó "la sensación de bochorno" que le generó Ónega, que mostró su enfado: "Me duele un poquito y no me cuesta nada confesarlo porque los que trabajamos en los medios de comunicación y tenemos un altavoz tenemos que ser conscientes del efecto de nuestras palabras, y a mí me duele".
La presentadora creyó que la crítica se debía a la guerra entre grupos: "No supe entender o identificar los intereses a los que servía, y en tanto que no pude identificar esos intereses, me desconcertó, a mí me gusta tener las cosas claras y saber quién escribe y por qué". Bop Pop en la SER también se mofó de la presentadora de Y ahora Sonsoles: "A mí no me interesa nada el Premio Planeta. Pero en el millón de euros, sí estamos interesados, los dos. Como dice mi amigo Javi Durán en Twitter: cuando haces una transferencia entre tus propias cuentas, no te cobran comisión. Han dicho, Sonsoles Ónega, ven que te vamos a dar un plus de productividad. Es el Premio Atresmedia a trabajadora del año, pero resulta increíble que el mundo literario le siga dando bola". Barceló tampoco se había quedado corta contra Alsina: "Acude ahora el presidente del Gobierno y candidato a la reelección a aquellos platós de televisión y a aquellos estudios de radio desde donde se le ha atacado con soflamas mañaneras con cierta inquina y en algunas ocasiones, faltando a la verdad", señaló. "Cuando tengo dudas sobre mi profesión, la sensación de no encontrar el camino, siempre acudo a la referencia: Iñaki Gabilondo. Él habla de distinguir entre periodismo y 'paraperiodismo'. No puede ser más importante el entrevistador que el entrevistado. Sánchez no se somete a entrevistas al uso, sino a auténticos debates donde, curiosamente, su oponente no es un político, no es su rival electoral, sino que es un periodista", añadió la líder de las mañanas. Alsina le contestó en antena: "Para evitar malas interpretaciones, he consultado a mi admirada Àngels Barceló si se estaba refiriendo a mí y me lo ha confirmado". A cuenta de ello, el locutor le ofreció un debate público para conversar "sobre mentiras y soflamas" y la "relación del presidente con los medios".
Mediaset ya no es 'antisanchista'
El caso de Mediaset es distinto. Antes de las elecciones legislativas del 23 de julio, el presidente Borja Prado estaba derechizando la cadena: echando a los 'rojos' de Sálvame y buscando a un Vicente Vallés para torturar con su gota china diaria al poder socialista en sus informativos, los más vistos de España. Pero aquello cambió. Sálvame no está pero Jorge Javier Vázquez vuelve a triunfar en Telecinco con Supervivientes y en julio vuelve a las tardes con un programa de testimonios como telonero de Ana Rosa Quintana. La presidenta de Mediaset es la ex ministra de Zapatero Cristina Garmendia, el director de Informativos es el ex administrador único de la tv canaria socialista y el telediario de las nueve lo hace el gran Carlos Franganillo, un sucesor elegido por Paco Moreno y el propio Pedro Piqueras. Ana Terradillos modera la tertulia política de por la mañana y solo Ana Rosa, a veces, martillea por las tardes a Pedro Sánchez pero con menos frecuencia y menos público que Pablo Motos.