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Diccionario del asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta y las versiones sobre la situación carcelaria de Daniel Sancho


Informalia

Han pasado más de dos años desde que contamos que Daniel Sancho había sido arrestado en Tailandia acusado de asesinar y descuartizar al cirujano colombiano Edwin Arrieta.

El asesinato se convirtió en un fenómeno mediático internacional. Tras un proceso judicial seguido minuto a minuto por la prensa, Sancho logró evitar la pena de muerte y fue condenado en 2024 a cadena perpetua. Hoy, recluido en la prisión de Surat Thani, espera la resolución de su apelación mientras se multiplican las versiones sobre sus condiciones de vida tras las rejas.

De un encuentro en Koh Phangan al crimen que sacudió tres países

El 2 de agosto de 2023, Daniel Sancho, hijo del actor español Rodolfo Sancho y la analista Silvia Bronchalo, y Edwin Arrieta, cirujano plástico de 44 años, coincidieron en la isla tailandesa de Koh Phangan. Según la investigación policial, ambos mantenían una relación personal y profesional marcada por tensiones económicas y emocionales.

Las autoridades tailandesas sostienen que Sancho citó a Arrieta en su alojamiento y, tras una discusión, lo golpeó mortalmente. Acto seguido, desmembró el cuerpo y trató de deshacerse de los restos arrojándolos en distintos puntos de la isla. Cámaras de seguridad, registros de alquiler de motocicletas y huellas dactilares lo situaron en el lugar de los hechos.

La rapidez de la investigación —con detención en menos de 48 horas y confesión inicial del acusado— fue calificada de "ejemplar" por la Fiscalía. Para Juango Ospina, abogado de la familia Arrieta, "la eficiencia policial en este caso es digna de admirar y de estudiar en Europa".

El juicio: defensa contra acusación

El proceso judicial se convirtió en una batalla de versiones. La acusación mantuvo que se trató de un asesinato premeditado, con pruebas que acreditaban la compra previa de cuchillos y bolsas de basura por parte de Sancho. La defensa, liderada por Marcos García-Montes, insistió en que la muerte se produjo en el contexto de una pelea y que su cliente actuó en defensa propia.

Finalmente, el tribunal rechazó la pena de muerte solicitada por la acusación y dictó cadena perpetua. La sentencia, leída en agosto de 2024, dejaba abierta la vía de apelación, que el equipo legal de Sancho activó de inmediato.

El traslado a Surat Thani

Tras su condena, Sancho fue trasladado de la prisión de Koh Samui a la de Surat Thani, situada a 600 kilómetros al sur de Bangkok. Este centro penitenciario, inaugurado en febrero de 2023, alberga a más de 5.400 internos, un 40% por encima de su capacidad.

El penal está dividido en diez módulos, entre ellos uno de alta seguridad —donde se encuentra actualmente Sancho—, uno médico y otro destinado a casos especiales. Las visitas presenciales y videollamadas están reguladas por días concretos y requieren autorización previa.

La rutina diaria

La vida en Surat Thani está estrictamente reglamentada. Los internos se despiertan a las 5:30, realizan aseo personal, practican ejercicio y desayunan a las 7:00. Luego cantan el himno nacional, rezan y repasan las normas del centro. Entre las 8:30 y las 12:00 se desarrollan actividades educativas y laborales, aunque los programas para extranjeros son limitados, lo que deja a Sancho más tiempo para leer y escribir.

A mediodía almuerzan, y por la tarde hay nuevas actividades, cena a las 16:00, y cierre de celdas a las 17:00. El apagado de luces se produce a las 21:00. Las celdas del módulo de máxima seguridad alojan a entre 10 y 14 internos.

Los supuestos "privilegios"

En las últimas semanas, declaraciones de Marcos García-Montes sobre las condiciones de vida de Sancho han generado controversia. El letrado aseguró que su defendido tenía una celda individual, mantenía llamadas frecuentes con familiares y un amigo psicólogo, y escribía sus memorias sin censura.

Sin embargo, tanto el propio Sancho como su padre desmintieron que existiera un conflicto interno con su defensa o que hubiera concedido entrevistas a periodistas. Además, su madre, Silvia Bronchalo, afirmó e Telecinco que su hijo comparte celda con otros reos y que su rutina es la misma que la de cualquier preso.

En Tailandia, los reclusos pueden mejorar su dieta comprando alimentos en el economato interno con dinero enviado por familiares. Rodolfo Sancho destina unos 1.200 euros al mes para que su hijo acceda a comida de mejor calidad, algo que, según la defensa, no es un privilegio exclusivo, sino una opción legal para cualquier preso que disponga de medios.

La versión de la acusación

Juango Ospina duda de que Sancho reciba un trato de favor: "Tailandia es un país muy serio y sería extraño que existiera algún privilegio fuera de la norma". El abogado ha criticado que no se haya abonado ninguna indemnización a la familia Arrieta y que se busque obtener beneficios económicos mediante documentales o libros sobre el caso.

En particular, Ospina se refirió a una docuserie producida por personas cercanas a Sancho, supuestamente vendida por cientos de miles de euros. "Si hay recursos para eso, debería haberlos para compensar a la víctima. No hemos recibido ni un euro", afirmó.

La apelación y el futuro

La defensa ha presentado un recurso de 480 páginas ante el Tribunal de Apelaciones de Tailandia. En él insiste en la ausencia de premeditación y solicita la revisión de pruebas clave. Aunque el plazo estimado para una respuesta es de dos a tres meses, Ospina considera improbable que el fallo cambie.

Si el tribunal aceptara la revisión, podría incluso repetirse el juicio, lo que abriría la puerta a una reducción de condena. No obstante, la acusación cree que la solidez de la sentencia inicial hará que se mantenga.

Un duelo abierto

Para la familia Arrieta, el caso es una herida abierta. La madre de Edwin ha evitado pronunciarse en medios, pero su abogado subraya que la exposición mediática, la difusión de teorías conspirativas y la posible comercialización de la historia dificultan el duelo.

"Esto no puede convertirse en un espectáculo. Estamos hablando de un crimen brutal que destrozó una familia", resume Ospina.

Entre el aislamiento y la expectativa

En Surat Thani, Daniel Sancho pasa gran parte de sus días leyendo, entrenando muay thai y manteniendo contacto por videollamada con su entorno más cercano. Ha descrito el ambiente como "seguro", sin drogas ni violencia, aunque reconoce que la convivencia y el ruido constante son opresivos.

Mientras espera la decisión del tribunal, su nombre sigue generando titulares y debates. Para algunos, es el protagonista de un proceso legal ejemplar; para otros, la muestra de cómo un caso criminal puede derivar en un fenómeno mediático con intereses cruzados.