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Alejandra Rubio y Carlo Costanzia se bañan juntos en Formentera: ¿robado, posado o qué nos importa?

Gran Portada de Diez Minutos, este miércoles en los kioscos

Sara Tejada

Este martes adelantábamos que íbamos a ver este miércoles unas fotos de Alejandra Rubio y Carlo Costanzia en bañador. No decíamos en qué revista. Horas más tarde, Diez Minutos avanzaba su portada y confirmaba así la existencia del reportaje y de la exclusiva: la hija de Terelu Campos y el primogénito de Mar Flores, espléndidos, de la mano y con pinta de que sabían que les estaban fotografiando. La propia Alejandra Rubio había "calentado" la portada en el programa de Telecinco donde trabaja diciendo algo tipo "creo que vamos a salir". Decíamos que ese reportaje "nos huele a que son fotos pactadas"; y decíamos "nos huele" para remarcar que ésa es nuestra sospecha. A estas alturas, no es inverosímil que la nieta de María Teresa Campos, que llegó de las islas diciendo que teme verse en una portada, venda exclusivas. Del papá de su hijo ya mejor no hablamos.

Además, Sandra Aladro (de Gtres) lo soltó este martes en Vamos a ver (donde trabaja Alejandra Rubio) y nos suena (nos suena quiere decir que tenemos la sospecha) a que también estaba calentando la exclusiva que ella misma había vendido al semanario. Nos dicen que por un "buen pellizco". La cuestión, que tiene la importancia que tiene, o sea poca, es que Diez Minutos tiene su preciosa portada, la agencia y los fotógrafos tienen su dinerito y no sabemos si Alejandra Rubio y su bello peluquero tienen algo de parte de este pastel. Una fuente de la agencia dice que son robadas, auténtico trabajo de paparazzi. ¿Qué iba a decir? En todo caso, enhorabuena.

Nos cuentan que las fotos son de la semana pasada y, que desde entonces, Alejandra y el peluquero no se han vuelto a dejar ver. Es decir, los protagonistas se han cuidado de no restar valor a su presunto negociete, sea un impecable trabajo de paparazzo o un falso robado. Hay versiones.

Nuestras expertos sospechan que han posado, por supuesto cobrando, "porque éstos no hacen casi nada sin cobrar", nos insisten. Pero fuentes de la agencia defienden lo contrario. Estaría bueno que lo reconocieran. También puede ser que la agencia no sepa que es un acuerdo personal del fotógrafo; o que ni siquiera Alejandra Rubio sepa del supuesto pacto y sea Carlo quien haya organizado el posado clandestino. En todo caso, ¿qué más nos da? Estamos ansiosos con que Sandra Aladro hable y dé su versión, con esa seriedad que les dan a estas cosas en esos programas, como si fuera la noticia del fin de la guerra en Gaza o en Ucrania. Pero mientras llegan las versiones recordemos que cuando avanzamos en primicia desde Informalia que Alejandra se estaba haciendo un test de embarazo, les dio la risa nerviosa y lo negaron… Para después vender la noticia y el posado a Hola. Pero si Alejandra y su familia viven de contar sus miserias y alegrías, qué vamos a decir de Carlo. Los genes son los genes.

O sea, es evidente que mienten si es necesario y hay dinero de por medio. Cuando descubrimos el embarazo y lo negó, Alejandra y Carlo después vendieron la noticia y el posado a Hola.

El romance mediático: crónica de un amor rentable

La verdad es que hay que felicitar a Diez Minutos por la portada. Y la verdad también es que la relación entre Alejandra Rubio y Carlo Costanzia es uno de los culebrones que aún vende y sobre todo si estos jóvenes papás exhiben sus cuerpos al sol ante esas cámaras que, según la madre de él, no les dejan en paz. Desde que salió a la luz su historia de amor, ambos se han convertido en protagonistas recurrentes de la prensa rosa. No es para menos: entre ambos suman un buen historial mediático, herencia directa de dos de las sagas más famosas del teatrillo español.