Gente

El diabólico plan de la fan de Alejandro Sanz que iba a sacarle 300.000 euros a su ídolo: los chiringuitos de Ivet Playà


Informalia

Más que una estrategia de diversificación económica, los "chiringuitos" de Ivet Playà pueden considerarse una operación de "chantaje" emocional a Alejandro Sanz, eso sí, cuidadosamente disfrazada de emprendimiento. Y en el centro de todo, una petición de cientos de miles de euros a un artista que, con seguridad, no imaginaba que su fama pudiera ser utilizada como garantía de inversión para proyectos sin cimientos.

Una inversión millonaria, promesas sin sustento y una trama emocional cuidadosamente hilada: así es el proyecto que Ivet Playà, la fan catalana de Alejandro Sanz, diseñó con el objetivo de obtener 300.000 euros del músico. Lo que a primera vista parecía una propuesta empresarial ha resultado ser, según revelaciones publicadas por Artículo 14, una operación basada más en la fe que en las cifras. Playà, residente en Collbató (Barcelona), elaboró un plan de negocio con múltiples frentes: desde la creación de una agencia de comunicación en Madrid, hasta la reactivación de una empresa familiar en crisis y la recuperación de una vivienda con fines turísticos. Todo ello con un hilo conductor sentimental que buscaba convencer al cantante de Moratalaz para convertirse en mecenas de su "resurgir personal y profesional". En un documento desvelado por el citado medio, que ella misma redactó, Ivet justifica su petición alegando que se encuentra en "una situación de vulnerabilidad profesional", y por ello aspira a fundar y dirigir IPMComunicación, una agencia de marketing digital ubicada en el centro de Madrid. El presupuesto que solicita para arrancar esta empresa es ambicioso: 350.000 euros al año. Sin embargo, no presenta cartera de clientes, ni acuerdos comerciales en firme, ni una estrategia concreta para alcanzar la facturación estimada, situada entre 385.000 y 435.000 euros en el primer ejercicio.

El relato está construido en torno a la emocionalidad: la pérdida del patrimonio familiar, el legado de los abuelos, la lucha por empezar de nuevo. Pero el análisis financiero brilla por su ausencia. Lo que Ivet Playà ofrece no es un plan empresarial, sino lo que algunos juristas y analistas han calificado como un intento de crowdfunding sentimental, amparado en una relación de admiración con su ídolo y, posiblemente, en la esperanza de que este empatizara con su historia personal.

El plan tampoco incluye una descripción clara de los servicios ofrecidos, ni la estructura operativa del equipo, ni el retorno que podría recibir el inversor. A pesar de estos vacíos, la propuesta se construye sobre conceptos como "honestidad", "trabajo consciente" y "transformación social", apelando constantemente a la sensibilidad de su interlocutor: Alejandro Sanz. Además de su agencia, Playà pretendía rescatar Jardineras Bayer, una empresa familiar fundada en 1981 por su abuelo, Pedro José Meca García, y actualmente en manos de su madre. Según expone, la compañía atraviesa un momento crítico, sin recursos ni solvencia, aunque proyecta una facturación inicial de 360.000 euros. No obstante, en la propuesta no se explica a qué tipo de clientes se dirigiría, ni cómo se sostendría la actividad sin liquidez ni estructura técnica.

La tercera pata de su plan

La tercera pata de su plan era recuperar una antigua casa familiar en Collbató, con la intención de destinarla al alquiler vacacional. Para ello, solicitó otros 300.000 euros. Según describe, el inmueble —del que no aporta medidas ni plano— contaría con tres habitaciones dobles, dos baños, garaje, jardín y capacidad para diez personas. El objetivo: reconvertirla en una casa de turismo rural con un precio por noche de 700 euros. Sin embargo, en el dossier no se detalla si la vivienda cuenta con licencia turística, ni se presenta un análisis de estacionalidad, competencia o demanda. Tampoco se justifica la tasa de ocupación prevista —de entre el 50 % y el 85 %— ni se define una política de precios o una estrategia de promoción más allá de mencionar plataformas como Airbnb o Booking.