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Giro radical: Mouliaá no iba borracha y las habitaciones no tienen pestillo, según testigos del caso contra Errejón

La actriz Elisa Mouliaá y el exdiputado Íñigo Errejón

Informalia

La causa judicial por la denuncia de la actriz Elisa Mouliaá contra el exdiputado Íñigo Errejón por una presunta agresión sexual en una fiesta celebrada en septiembre de 2021 ha dado un nuevo giro este viernes. Durante la jornada, tres testigos clave prestaron declaración ante el juez instructor, Adolfo Carretero, arrojando versiones que cuestionan parte del relato de la denunciante.

Una de las organizadoras de la fiesta, y amiga de la actriz en aquel momento, declaró por videoconferencia desde Australia. Según fuentes jurídicas, la testigo, llamada Soraya, afirma que Mouliaá, poco después del encuentro con Errejón, le confesó mediante un audio que "lo que había pasado" no constituía un delito. Sin embargo, tiempo después la actriz habría cambiado de opinión tras documentarse y conocer otros casos similares, decidiendo interponer la denuncia al considerar que los hechos podrían encajar dentro de lo tipificado en la Ley del "solo sí es sí". Mouliaá habría actuado —según explicó en el mismo audio— por "deber moral" y "motivos altruistas". En su declaración, Soraya también pone en duda la fiabilidad del testimonio de la actriz, señalando que es una persona que "fabula y adorna las cosas". Aclaró que no existe enemistad personal entre ambas, aunque sí reconoció haberse distanciado debido a esa actitud que, según ella, no le resultaba sincera.

Un testigo propuesto por Mouliaá sostiene que la actriz no estaba afectada por el alcohol y otra, que las habitaciones no tienen pestillo

Sobre el desarrollo de la fiesta, Soraya aseguró que Mouliaá no se encontraba visiblemente afectada por el alcohol, señalando que estaba "como todos cuando se bebe unas copas". Esta apreciación coincide con lo declarado anteriormente por Fernando, otro testigo propuesto por la propia actriz, quien también descartó haber percibido comportamientos extraños por parte de Mouliaá, ni indicios de que estuviera bajo los efectos del alcohol. Respecto al supuesto encuentro íntimo en una habitación, Soraya explicó que Mouliaá le relató que Errejón "le entró a saco, muy rápido" y que su actitud fue "un poco babosa", lo que la habría decepcionado. Según la testigo, Mouliaá expresó que no deseaba avanzar en una relación íntima aquella noche, ya que prefería "ir más despacio". Además, afirmó que el entonces diputado la besó y la manoseó, pero que la actriz abandonó la casa de forma voluntaria y sin signos visibles de angustia o alteración.

Uno de los elementos más relevantes del testimonio de Soraya fue su afirmación de que las puertas de las habitaciones de la vivienda no tienen pestillo, contradiciendo así la versión de la actriz, quien sostiene que Errejón la introdujo a la fuerza en una habitación y cerró la puerta con cerrojo. También declaró Borja, el otro organizador de la fiesta, quien reside en Australia y habría roto su relación con Mouliaá tras el divorcio de esta de su entonces esposo, amigo del testigo. Borja relató que se puso en contacto con Errejón por correo electrónico tras conocer la denuncia, ya que consideraba injusta la acusación. En su declaración, confirmó que posteriormente intercambiaron más comunicaciones, en las que llegó a preguntar al exdiputado: "¿Cuál es el plan con el juicio?", solicitando detalles sobre el desarrollo procesal.

Sobre lo ocurrido aquella noche, Borja afirmó que no observó ningún comportamiento inusual en Mouliaá ni indicios de que estuviera afectada emocionalmente o bajo la influencia del alcohol. Además, sostuvo que, de haber visto a Errejón sujetarla del brazo en el pasillo, lo habría notado. Reiteró, además, que en la casa no había puertas con pestillo.

Un tercer testigo, Hugo, también presente en la fiesta, declaró que no recuerda haber visto a Mouliaá consumiendo alcohol de forma evidente, ni notó ningún comportamiento extraño por parte de la actriz. Según explicó, observó a los protagonistas de forma "normal" cuando se marchaban y mencionó que, tiempo después, recibió mensajes de Mouliaá que decidió no contestar. De los dos taxistas que transportaron a Errejón y a Mouliaá aquella noche habían sido citados a declarar, pero ninguno compareció. Uno alegó no recordar nada, y el otro indicó no encontrarse en condiciones de declarar.