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Lorenzo de Médici destapa la historia de su familia y opina sobre la monarquía actual: "Juan Carlos I está gagá"


Beatriz Cortázar

Lorenzo es el último descendiente directo de los Médici, la familia que dominó la vida política, económica y cultural de Florencia —y más tarde de la Toscana— desde el siglo XV hasta finales del siglo XVIII. Su legado marcó profundamente el Renacimiento europeo. A lo largo de más de tres siglos, los Médici produjeron cuatro papas (León X, Clemente VII, Pío IV y León XI), dos reinas de Francia (Catalina de Médici y María de Médici) y numerosos gobernantes que desempeñaron un papel clave tanto en el gobierno de Florencia como en las alianzas dinásticas con las casas reales de Francia e Inglaterra. Su mayor huella, sin embargo, fue su papel como mecenas: bajo su protección florecieron las artes y las ciencias, impulsando a figuras como Miguel Ángel, Botticelli, Galileo o Leonardo da Vinci.

Confiesa que siente como una obligación escribir sobre su familia. ¿Qué ha querido reivindicar?

Han salido en los últimos años muchos libros novelados sobre mi familia y programas de televisión donde se busca el entretenimiento, pero se aleja de la verdad histórica.

P: Entonces se trata de poner los puntos sobre las íes y acabar con falsas leyendas.

Sí, y además en mi libro cuento historias personales que la gente no conoce. Es para explicar que también tenemos una vida.

P: Hablando de historias personales, empieza narrando cómo ha sido su infancia y adolescencia y cómo el apellido le pesaba demasiado. Llega a decir que le daba vergüenza.

Sí, me daba vergüenza, se puede decir así. Pasados los años he entendido que no he tenido una infancia infeliz, pero tampoco especialmente feliz porque eran muchas obligaciones y pocas ventajas. Ahora que han pasado muchísimos años me doy cuenta que me quejaba por la educación tan severa que me dieron, pero lo más curioso es que si yo hubiera tenido hijos les habría dado la misma educación por lo que la conclusión es que nada cambia.

Se presenta como el último Médici dado que ni usted ni su hermano tienen descendencia. ¿Le crea cierta zozobra saber que es el último eslabón?

Creo mucho en el destino, el destino me ha hecho nacer en esta familia y la vida que he tenido. Y el destino tampoco ha querido que tenga hijos.

Todo el mundo presupone que son dueños de enormes fortunas, palacios, obras de arte… ¿Es así o es otra falsa leyenda? ¿Qué hará con su legado?

Mi abuelo nos dejó lo suficiente para vivir tranquilos y bien, pero no soy un súper millonario, de ninguna manera. En cuanto a lo que vamos a dejar, nos quedan algunas cosas de familia importantes, especialmente cuadros de otra época. Yo he hecho mi testamento, que no voy a desvelar, pero todo está arreglado ya.

En estas páginas cuenta que a lo largo de su vida le han hecho miles de entrevistas, pero nadie le ha preguntado si es feliz. ¿Lo es?

Es una pregunta difícil de responder porque la felicidad son momentos, momentos que aparecen o no durante el día. Por eso hay momentos que estoy muy feliz y otros que no lo estoy, pero siempre he tenido un buen carácter y entiendo que tengo una visión positiva de la vida.

Y a la hora de escribir este libro sobre sus antepasados, ¿ha disfrutado o sufrido más?

Te diría que muy feliz porque te das cuenta que tienes un pasado muy importante y que en mi vena corre la sangre de estas personas. Es una relación muy particular y he querido ser sobrio para no contar demasiado, pero lo importante del libro es contar la historia de una familia durante mil años. Todas las familias tienen mil años, pero la diferencia es que nosotros conocemos quién era cada uno en su época.

Su familia ha marcado la historia y, tras leerle, entiendo que acaba con falsas maldades sobre algunos de sus antepasados.

Hay muchos bulos sobre los Médici. Me lo explicó muy bien un escritor que publicó un estudio sobre mi familia en 1919 y que manifestaba por qué nos han puesto fama de envenenadores o asesinos con puñales confundiéndonos con los Borgia. Entendí que los Médici, para poder estar en el poder durante 300 años, han mantenido en el exilio a las grandes familias que se oponían a ellos y naturalmente estas familias no iban a hablar bien de nosotros y esa fama se ha mantenido. No hay nada como una maldad para perpetuarse. A eso se suma que cuando perdimos el trono 1737, siendo Gian Gastone el último Gran Duque, y nos sucedió la familia de los Habsburgo-Lorena, que siempre ha luchado para que la gente se olvidara de los Médici, ya que no querían que les hicieran sombra y para eso había que acabar con su recuerdo. Realmente los Habsburgo nunca hicieron nada.

¿Y cómo es hoy su relación con los Habsburgo?

He coincidido con alguno, sobre todo cuando pasé una etapa en Austria, pero no hay una relación especial . En la actualidad no hay rencores, incluso con tantas familias aristocráticas de la Toscana que en el pasado estaban enfrentadas ahora mantengo una buena relación y me abren sus palacios cuando he estado en la Toscana.

En cambio, me consta que sí ha tenido una estrecha relación con el rey Juan Carlos y especialmente con su hermana, la infanta Pilar.

La relación me viene sobre todo de los años de infancia que viví en Laussane, donde también estaba la reina Victoria Eugenia. Nos veíamos cuando acudían los condes de Barcelona y don Juan Carlos. No se trataba de una amistad muy profunda de toda la vida, pero sí nos hemos conocido.

Como experto en dinastías y en exilios de casas reales, ¿cómo ve la vida actual del rey emérito en cierta manera exiliado de su país?

Me da mucha pena porque ha sido un gran hombre que ha hecho muchísimo para España. Anticipó la democracia probablemente 10 o 15 años antes de lo que hubiera sido si no es por él. Creo que ha sido un gran personaje de la historia de España, pero luego perdió la cabeza por una mujer y de ahí se explica todo lo que luego ha pasado.

También hay algún Médici que perdió la cabeza y es que al final, aristócratas o no, las pasiones tienen sus consecuencias y no siempre buenas.

Sí, pero volviendo a Juan Carlos, la verdad es que ha sido una gran pena. Hoy ya está un poco gagá y es consecuencia de la edad que tiene.

P: En su familia hubo cuatro Papas y dos han llevado el nombre de León. ¿Qué le parece el actual Papa León XIV?

Te voy a sorprender y te juro que lo que te cuento es verdad. El día de la proclamación estaba con unos amigos y hacíamos apuestas a ver qué nombre elegía. Tuve claro que iba a ser León mientras todos aseguraban que sería Francisco. Y no me equivoqué. Los anteriores habían sido del Renacimiento y este Papa también es un hombre renacentista. En cuanto a mi opinión, todavía es muy pronto para saber qué va a pasar. Cuando me dijeron que era americano me horroricé un poco, pero cuando me enteré que fue misionero en el Perú ya me pareció mejor. Venir de las misiones no es lo mismo que venir de Roma.

De sus antepasados tiene especial recuerdo para Caterina de Francia y debilidad por Anna María Luisa.

Probablemente, Caterina de Médici ha sido la reina más importante que ha tenido Francia. Los franceses siempre han criticado sus reinas cuando venían de fuera. Bastaba ser extranjera para ser odiado o criticado, pero lo que ella ha hecho a Francia ha sido muy importante. No olvidamos, entre otras cosas, aparte del hecho político, que introdujo la cuchara y el tenedor en Francia, así como el perfume. Fue una gran innovadora.

En su libro pone fin a la leyenda que Caterina de Francia tenía de envenenadora.

Le gustaba el espiritualismo y es verdad que Nostradamus tenía mucha influencia sobre ella. Creía en la astrología.

¿Y usted es un hombre de fe? Cuenta que su madre no era muy creyente y hasta rechazó la extremaunción en su lecho de muerte.

Creo en Dios, pero no me gusta mucho la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Si tuviera una nueva vida me haría protestante, pero siendo descendiente de Papa, porque además por sangre soy descendiente directo de Clemente VII, tengo respeto por la Iglesia, pero no me gusta todo y no creo que esté en el camino correcto, pero ese es otro tema.

¿Y es monárquico? ¿Cree que hoy en día tienen sentido las monarquías?

Soy profundamente republicano, siempre lo he sido. Encuentro muy injusto que una familia goce de privilegios solo por haber nacido ahí. No me parece nada democrático hoy en día.

¿Qué opina de la reina Letizia?

Creo que no ha cuajado del todo con el protocolo de la Casa Real y no me parece alguien cercano a la gente como sí me resulta la reina Sofía, que es una reina por los cuatro costados. No hay nadie que tenga más sangre azul que doña Sofía, pero me parece bien que los borbones renueven su dinastía con otras personas.

¿Con el rey Felipe se lleva bien?

No lo conozco ya que solo nos hemos saludado en una ocasión, pero nada más.

Ha vivido en Francia, Suiza, ahora en Portugal. ¿De dónde se siente?

Me formé en Suiza y esos años creo que son los que te marcan, pero aunque me gustaría decir que me siento europeo no es verdad porque ahora no me gusta lo que hacen los alemanes ni los polacos. Tampoco portugués porque no llevo tantos años y es complicado encontrar mi arraigo.

¿Sabe dónde le gustaría que reposen sus restos el día que fallezca?

Eso lo tengo muy claro: quiero que me incineren y que me tiren al mar de Grecia. Si tengo que renacer quiero que sea en ese lugar. He sido muy feliz. Yo he pasado en joven, no en la juventud cuando tenía 304050 años. He ido muchos años a Grecia, país que amo muchísimo porque me encuentro muy bien y todo me gusta. ¿Sabes cuando tienes un buen Feng shui? Pues yo lo tengo en Grecia.

¿Qué siente cuando visita Florencia?

Me irrita mucho la nueva Florencia. Está invadida de gente y no puedes ir a ninguna parte. Es una ciudad tan bella, tan maravillosa, hay tantas cosas para ver, pero no llegas a los museos porque hay colas de 2000 personas. Las últimas veces que he ido a Florencia estaba horrorizado y encima ahora no se puede circular con el coche. O sea, que yo entro al centro, me han multado y ahora solo tengo experiencias negativas. Es la ciudad más bella del mundo, más que Venecia, pero el turismo la está arruinando.

¿Por qué cierra su libro con una fotografía junto a Simoneta Gómez-Acebo?

Era muy amigo de su madre, la infanta Pilar. De hecho muchos amigos comunes, al ver qué bien nos llevábamos, llegaban a decir que estaba enamorada de mí. Dos semanas antes de que muriera, estaba cenando en su casa y en un momento dado me cogió en un aparte y me dijo que me quería muchísimo. Fue muy emotivo para mí. Sabía que ya estaba muy mal y se estaba despidiendo. Hoy, cuando veo a Simoneta me recuerda tanto a ella porque tiene la misma voz. Con esa foto he querido hacerle mi pequeño homenaje.

Ya ha puesto en papel la historia de su familia. ¿Qué es lo siguiente?

Estoy trabajando un libro sobre un miembro de mi familia que tengo que entregar en el mes de noviembre y me gustaría mucho escribir una novela policíaca, pero no me dejan porque siempre me dicen que mis lectores son de mis temas históricas. La verdad es que al final uno nunca hace lo que realmente quiere.