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La casa donde creció el Papa León XIV se convierte en una joya inmobiliaria en Chicago (ocupada por traficantes de drogas)


Informalia

La vivienda donde pasó su infancia el recién nombrado Papa León XIV, en los suburbios de Chicago, se ha convertido de la noche a la mañana en un codiciado tesoro inmobiliario. El propietario actual, Pawel Radzik, retiró el inmueble del mercado tan pronto como descubrió que el nuevo líder de la Iglesia católica había vivido allí durante su niñez.

"Mi agente inmobiliario me llamó y me dijo: 'El papa vivió en tu casa'. Pensé que era una broma", contó Radzik al Post, un inversor inmobiliario que había puesto a la venta la casa por unos 200.000 dólares. Tras conocer su valor histórico, decidió replantearse el precio y las opciones: desde revalorizarla hasta transformarla en un museo o sitio de interés histórico.

La modesta casa de ladrillo, ubicada en Dolton, Illinois, tiene cinco dormitorios, dos baños y unos 110 metros cuadrados. Según registros, la familia del pontífice —nacido Robert Prevost y el primer papa estadounidense— compró la vivienda en 1949 con una hipoteca mensual de 42 dólares. Antes de que Radzik la adquiriera por 66.000 dólares hace seis meses, había estado ocupada por traficantes de drogas durante un año, según vecinos. Tras una completa renovación, la casa había permanecido en el mercado más de 100 días sin mayor interés, pero todo cambió este jueves, cuando se anunció el nombramiento del papa. Desde entonces, Radzik ha recibido al menos cuatro ofertas y los medios han acudido en masa a cubrir la historia.

"Es como haber ganado la lotería", dijo el agente inmobiliario Steve Budzik. "¿Cuáles son las probabilidades?". Para los vecinos, la noticia ha sido una bendición. "Rezamos mucho por este lugar", dijo Donna Sagna-Davis, quien vive al lado. "Ahora esta casa puede ser un símbolo para la comunidad, un lugar donde venir a rezar".

La vivienda se encuentra a pocos pasos de lugares locales conocidos como Andy's Hot Dogs y Chuck's Gun Shop. Radzik, que emigró desde Polonia en 2006 y es padre de dos hijos —con un tercero en camino—, asegura que su familia no llamará "Leo" al bebé. "Solo quedan las paredes originales", afirmó, destacando la magnitud de las reformas. Lo que era una casa cualquiera, hoy podría convertirse en un hito histórico y espiritual para la localidad y, por supuesto, en una inversión millonaria.