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Comunicado de la familia de las víctimas del accidente de helicóptero en Nueva York: "Son momentos muy difíciles"


Informalia

La conmoción por el trágico accidente de helicóptero en Nueva York que costó la vida a cinco miembros de una familia española sigue generando una profunda ola de pesar dentro y fuera de nuestras fronteras. Este jueves, Joan Camprubí, hermano de Mercè Camprubí —una de las víctimas del siniestro junto a su marido, Agustín Escobar, y sus tres hijos menores de edad— ha publicado un emotivo comunicado a través de su cuenta en la red social X (anteriormente Twitter), en el que expresa el dolor indescriptible que atraviesan y agradece las innumerables muestras de afecto recibidas.

"Queridos todos, queremos expresaros nuestro más profundo agradecimiento ante las masivas muestras de condolencia y apoyo recibidas en estas últimas horas", comienza el comunicado. "No hay palabras para describir lo que estamos viviendo, ni para agradecer el cariño recibido", añade, reflejando la magnitud del vacío que deja la pérdida de toda una familia en un instante.

Joan Camprubí pide a la opinión pública comprensión y respeto. "Rogamos el máximo respeto a la intimidad, dado el impacto global que ha tenido esta tragedia y la implicación de los tres menores", señala, apelando a la sensibilidad de quienes siguen de cerca el caso, tanto desde los medios como desde la ciudadanía.

El texto continúa con un recuerdo sereno y lleno de amor hacia sus seres queridos desaparecidos: "Son momentos muy difíciles, pero el optimismo y la alegría siempre han caracterizado a nuestra familia. Queremos guardar el recuerdo de una familia feliz y unida, en el momento más dulce de sus vidas". Una familia que, como apunta, "se ha ido junta, dejando una huella imborrable entre todos sus familiares, amigos y conocidos".

El accidente tuvo lugar este jueves cuando el helicóptero turístico en el que viajaban se precipitó al río Hudson, sin que hasta el momento se haya determinado la causa exacta del siniestro. En la nave viajaban Agustín Escobar, expresidente de Siemens España y hasta hace poco CEO global de Rail Infrastructure en Siemens Mobility; su esposa, Mercè Camprubí Montal, directiva en el área de comercialización global de Siemens Energy; y sus tres hijos de 11, 5 y 4 años. La familia había aterrizado en Nueva York pocas horas antes del fatídico vuelo, con la ilusión de compartir unas vacaciones inolvidables. El destino quiso que su primer día en la ciudad se convirtiera en el último.

Joan Camprubí explica también que tanto él como otros miembros de la familia se han desplazado a Nueva York para encargarse de todos los trámites necesarios y facilitar la repatriación de los cuerpos: "Nos hemos desplazado a Nueva York para cumplir con todos los trámites y repatriar los cuerpos a casa", escribe. Asimismo, anuncia que próximamente se comunicarán los detalles de la ceremonia de despedida: "En los próximos días os haremos llegar los detalles de la ceremonia de despedida que se merecen, pero mientras tanto rogamos el máximo respeto a la intimidad".

En la parte final del comunicado, Joan Camprubí hace una mención a todas las ramas familiares, subrayando la unión y el amor que los ha sostenido incluso en la peor de las circunstancias: "Vuestro apoyo nos mantiene fuertes, y los Escobar-Camprubí estarán siempre con nosotros y en nuestros corazones".

El mensaje concluye con los nombres de los familiares más cercanos de ambas familias: Familia Escobar Cañadas: Agustín, Josefina, María José, Jose, Jose, Irene y Jorge. Familia Camprubí Montal: Joan, Merche, Joan, Cristina, Berta, Albert, Jan, Bru, Berta, Teo, Alex y Anna.

La tragedia ha sacudido con fuerza tanto a la comunidad empresarial como a la sociedad española en general, y ha generado reacciones de figuras institucionales y políticas de primer nivel, desde el presidente Pedro Sánchez hasta autoridades locales como el alcalde de Nueva York, Eric Adams. Pero detrás de los nombres y cargos, queda una pérdida irreparable que solo el tiempo podrá empezar a cicatrizar.

Mientras tanto, la familia pide lo más básico y humano: respeto, silencio y memoria para una familia que, según quienes los conocían, vivía en plenitud y en armonía. La familia Escobar-Camprubí no solo deja un legado profesional admirable, sino una estela de afecto que ha traspasado fronteras.