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Ana y los 70: Obregón y su vida marcada por sus fantasías y por hacer caja con sus penas y sus alegrías

  • Qué es lo que baila Ana... 

Esperanza Ortiz

Se supone que este martes, 18 de marzo, Ana Obregón cumple 70 años y decimos se supone si tenemos en cuenta que su verdadera edad siempre ha sido motivo de debate y comidilla en el mundo del corazón. Se trata de una incógnita que ella (al menos hasta primera hora de este 18 de marzo de 2025), nunca ha resuelto. Si lo hizo Alessandro Lequio el año pasado, confirmando que sí, que la madre de su hijo nació en 1955 y por tanto este martes cumple los 70 años.

Los motivos por los que Obregón nunca ha hablado en claro sobre su edad pueden ser varios. Uno, por la presión incosciente que siguen arrastrando muchas mujeres, famosas y no famosas, cuando se saca el tema de los años, y que no arrastran los hombres. Y también porque ella, no lo podemos negar, siempre se ha empeñado en ser esa fuente de la eterna juventud. Prueba de ello que decidiera hacerse cargo de una criatura a sabiendas que cuando tenga 80 años la niña apenas superará los 10. Pero sí, que ha dejado claro que será su sobrina Celia, que era como una hermana para Aless, la que se encargará de cuidar a Ana Sandra cuando ella no esté en este mundo.

Sea como sea, la presión sobre la edad - no en Ana, en todas las mujeres - viene en parte por esa sociedad que mira con lupa cada año que cumple la mujer pero no el hombre. Una sociedad que sigue sacando el látigo para opinar del físico de una mujer y de cómo este cambia con los años. ¡Sorpresa!, como el del hombre. Porque sí, durante mucho tiempo las posibles operaciones de Obregón alimentaron páginas y minutos de tele, así como aquellas leyendas urbanas como que le explotó un pecho en el avión, cuando en realidad fue el tímpano. Y viendo lo que se sigue analizando ahora en otras famosas, tampoco hemos cambiado tanto.

Una sociedad que también la ridiculizaba cuando comenzaba una relación con un hombre más joven, como aquella que mantuvo con el polaco Darek, que finalmente acabó en la cama de su representante, Susana Uribarri, manteniendo una consolidada relación de siete años. Una relación que acabó partiendo en dos la amistad entre la bióloga y la hija de José Luis Uribarri, pero que finalmente volvió a su cauce dos años antes de que a Aless le diagnosticaron sarcoma de Ewing en 2018. Uribarri se ha encargado en los últimos años de conseguirle esos jugosos contratos que la han devuelto, o la devolvieron, a la primera línea de la televisión.

Volviendo a sus relaciones, la diferencia de edad entre el hombre y la mujer, si este es mayor, sigue estando normalizada, aunque cada vez menos, mientras que cuando es la mujer quien saca tantos años al hombre solo se mira en el interés económico del otro, ridiculizando a la mujer que conquista a otro más joven porque ¡cómo es posible que un hombre atractivo se fije en una mujer mayor!

Fueran cuáles fueran los intereses detrás de Darek, lo cierto es que la lupa en Obregón y los hombres siempre ha estado presente. La prensa centraba el foco en si le duraban poco o mucho las relaciones o si cambiaba más o menos de novio o de romance pasajero. En todo caso, bien por ella y lo que se ha llevado, aunque también se lo hicieron pasar mal. Sus relaciones más duraderas, o al menos destacadas, fueron las que mantuvo con el malogrado Fernando Martín, con Alessandro Lequio y con Davor Suker. Aunque también ha hablado hasta la saciedad de lo que tuvo o no tuvo con David Beckham y su memorable enfrentamiento en el gimnasio con Victoria Beckham. Un episodio que tenga más dosis de realidad o de fantasía se ganó desde el principio un hueco en esos capítulos con famosos patrios que en redes tanto llamamos #HistoriaDeEspaña. Su paella a Spieleberg, su cena en casa de Robert De Niro o el amor platónico que sentían por ella Enrique y Julio José Jr. también son algunos de esos episodios de los que tanto le ha gustado hablar, entre nebulosas de realidad y edulcoramientos de fantasía, que por algo en su familia la bautizaron como Antoñita La Fantástica desde niña. Bendita fantasía y bendita realidad.

Ana Obregón y su paella a Spielberg (aquí no hay Inteligencia Artificial)

Imprescindible en la televisión de los 90 y principios de los 2000

También la valía de una mujer para trabajar se mira con lupa, siempre teniendo que demostrar el doble o el triple que un hombre para ser considerada un igual (y eso con suerte y tras mucho más sacrificio y esfuerzo). Guste más o menos el trabajo que ha hecho Obregón en tele (y también en cine) e independientemente de si lo tuvo más fácil o no viniendo de una de las familias madrileñas más acomodadas, lo cierto es que la sorna y la burla siempre ha girado en torno a ella. Quizá por ser una mujer rubia, bonita y fantasiosa que se hizo conocida en los 80 y lo alcanzó todo en los 90, siendo desde entonces y durante la primera etapa de los 2000 una de las mejor pagadas de esa tele que ya de por sí pagaba muy bien. Lo que cuesta aceptar el éxito de una mujer que incluso apareció en un capítulo de El Equipo A.

Ana Obregón en 'El equipo A'. Aquí tampoco hay Inteligencia Artificial

No hace falta que ahora nos paremos a repasar el currículum de Obregón, en España y fuera de España. Un curriculum que todos conocemos y que a veces da la impresión de que se ha reducido solo al corazón (eso sí, también por el empeño de ella). Pero resulta interesante reflexionar en, por ejemplo, el papel que jugaba presentando Qué Apostamos, cuando el morbo del programa, en parte, residía en ver si al final ella terminaba en la ducha o no con ese vestidito tan mono que le ponían. Si Ramontxu, engalonado en su traje, acababa o no empapado, la verdad es que daba un poco bastante igual. Y por cierto, quien sustituyó a Obregón en Qué Apostamos fue Antonia Dell'Atte. Que manía esa de llamar la atención de la audiencia buscando el enfrentamiento entre dos mujeres que se llevan mal.

Por otro lado, los vestidos de Obregón en las Campanadas ya generaban expectación mucho antes de que llegara Pedroche. Y en esto no hemos cambiado tanto, si tenemos en cuenta que en cualquier premio importante lo que más se acaba comentando es el look de la estrella de turno (mujer, no hombre) o por ejemplo en cualquier aparición de la reina, que se acaba reduciendo al modelito que luce. Las mujeres pueden estar en Sol al borde la congelación, que no pasa nada, pero que al hombre no le falta su buen traje calentito.

Y en esta radiografía destaquemos también el hecho del mártir profesional que se le colocó a Obregón tras Ellas y el sexo débil, la serie por la que Antena 3 le puso un cheque en blanco debido al atronador éxito que alcanzó Obregón con Ana y los 7 en TVE. De la nueva serie se emitieron solo unos capítulos y antes de su estreno ya se ridiculizó el hecho de que una mujer - rubia, fantasiosa y que le gustaba llevar mini faldas muy cortas ¡a pesar! de seguir cumpliendo años - quisiera poner el foco en la mujer, basándose en otras series que triunfaban fuera como Mujeres desesperadas (las comparaciones son odiosas y el parecido entre el arranque de ambas series también es #HistoriaDeEspaña).

Independientemente de la calidad que hubiera tenido esta serie, esta estrepitosa caída en audiencias fue su primer gran calvario profesional. Luego la historia de Jaime Cantizano y los Miami, y que durante mucho tiempo quedó olvidada dando incluso la sensación de que se había convertido en un tema tabú tanto en prensa como en tele, podríamos decir que tampoco ayudó, siendo este uno de los episodios más oscuros en su vida de luces y sombras y que condujeron a su declive mediático.

Nadie puede negar que a partir de esta época su interés mediático fue decayendo y no hace falta más que repasar su hemeroteca desde finales de los 2000 hasta hace cinco años para comprobarlo (pese a que nunca dejó de aparecer en televisión, ya no era ese rostro que presentaba grandes formatos o protagonizaba grandes series). Tampoco protagonizaba aquellas exclusivas tan bien pagadas que paralizaban a un país, como la de Ana Sandra. Sí se metió durante parte de esos años en el teatro con Sofocos Plus y otra obra que tuvo que para por la enfermedad de su hijo, o en aquel reality que pasó sin pena ni gloria por DKiss, Algo pasa con Ana. Tampoco faltó su Mira quien baila (del que se fue por una lesión) ni faltaron sus entrevistas en programas como los de Bertín Osborne, La Caja Deluxe o tantos otros (como el de la medium en Telecinco cuando hablaba con el supuesto espíritu de Fernando Martín), pero como decíamos, ya no era la presentadora estrella de antes. Ni el personaje mediático que tantos titulares generaba (esa aparente reconciliación con Dell'Atte que luego saltó por los aires no ocupó más que una ventanita en su Hola querida). ¡Lo que se hubiera pagado eso en los noventa!

La muerte de Aless

Fue en mayo de 2020 cuando su vida se apagó, como ella dijo, al enfrentarse al mayor de los golpes, la muerte de su único hijo, Aless Lequio. Y fue Risto Mejide quien entonces sacó a la palestra un debate escabroso: el del interés de TVE en poner al frente de las Campanadas a una mujer que solo seis meses antes había perdido a su uníco hijo. Todo, además, cuando la sociedad en su conjunto estaba inmersa en un estado lacrimógeno con pocos precedentes debido a la pandemia del covid de la que todavía estábamos saliendo por fases. Motivo por el que la audiencia iba a empatizar más con el dolor de Obregón. De aquellas Campanadas, eso sí, saquemos en positivo que fueron las primeras con dos mujeres al frente.

Por aquella reflexión de Risto fuimos una inmesa mayoría los que nos llevamos la manos a la cabeza. Quizá por eso de no reconocer entonces el propio morbo que llevamos dentro. Y porque se nos olvidó que la tele, hasta la publica, solo busca el share, y en la batalla por el share el dolor de una madre también interesa. ¿Sin este terrible episodio alguna cadena hubiera contado a día de hoy con ella para presentar las Campanadas teniendo en cuenta que no las presentaba en televisión desde 2005? Triste, pero cierto, conocemos la respuesta.

El morbo existe, así como el apoyo colectivo que hicieron que Ana pasara de los 90.000 seguidores que tenía en Instagram antes de la muerte de Aless al millón que alcanzó solo unos meses después y que sigue manteniendo. Y de la Ana con la que toda España empatizó tras años apartada de la primera plana mediática, pasamos a la Ana que fue poco a poco despertando críticas por la forma en la que exponía su dolor en entrevistas muy bien pagadas (con todo el derecho del mundo a hacerlo).

Pero el detonante que terminó cambiando (de nuevo) la opinión pública fue el hecho de que trajera a Ana Sandra por gestación subrogada al mundo, utilizando así el cuerpo de otra mujer a cambio de una compensación económica y con el fin de cumplir su deseo. Según ella, Aless quería descendencia incluso después de su fallecimiento. Otra lectura, sin embargo, lleva a la de una madre que quiere llenar un vacío imposible de llenar.

A Ana Sandra la cría a su imagen y semejanza (prueba que visten igual). Y la cría con la misma intensidad y rapidez con la que desde su nacimiento, literal, la ha expuesto en revistas. Todo porque ahora tiene "una boca que alimentar", como ella reconoció cuando fue cuestionada por dónde iban los ingresos que prometió para la fundación de su hijo (una fundación montada por ella y Alessandro, que a pesar de la polémica de aquellos meses no se está cuestionando en estas líneas).

Y en este tiempo, además, ha ido lanzando mensajes que pueden ser una temeridad, como que no necesita de terapia psicológica para sobrellevar un duelo tan inmenso como el de perder a un hijo. Y pese a la polémica que despertó este nacimiento por todo lo que hay detrás (un método ilegal en España pero con un vacío legal que permite hacerlo en el extranjero), lo cierto es que el ojo crítico sobre ella ha ido en aumento (las Campanadas en esta TVE actual ya ni las huele, por ejemplo) pero también ha ido sumando aquellas opiniones positivas de quien solo se queda con lo que ha hecho una madre para recomponerse de una tragedia tan fatídica como la suya.

Y estas líneas no podían acabar con una mención especial a sus posados de verano. Porque sí, también son #HistoriaDeEspaña.