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Borja Moreno, el amigo de Victoria Federica, no aguanta la presión mediática


Beatriz Cortázar

Encantador, simpático, divertido, adorable, súper educado, muy profesional, muy discreto… Todo son elogios para el nuevo amigo de Victoria Federica Marichalar, Borja Moreno Oriol, cuyo nombre apareció vinculado al de la hija de la infanta Elena en el periódico La Razón, donde se hablaba de su especial relación. Lo cierto es que a sus 31 años, Borja Moreno, que podría pertenecer perfectamente al círculo social de Victoria Federica, lo último que buscaba era un minuto de gloria en los medios de comunicación y menos por ser la nueva ilusión de Victoria Federica. Es más, si había alguna posibilidad de que esta historia fuera a más fuentes, cercanas me aseguran que Borja no soporta la presión mediática que está viviendo desde que saltó el rumor en los medios.

De la noche a la mañana, ha visto como muchas publicaciones se hacen eco desde sus orígenes familiares hasta sus amistades anteriores (como la relación que le adjudican con la hija de Genoveva Casanova y Cayetano Martínez de Irujo, Amina y que, según me confirman, tampoco fue nada serio), las propiedades familiares o sus aficiones fuera del trabajo. "Está muy agobiado y angustiado porque todo esto le viene muy grande. No le interesa nada este tipo de publicidad como tampoco le viene bien a su trabajo. Trocadero es un local muy discreto al que mucha gente acude precisamente por la tranquilidad y el buen ambiente. Pero que ahora haya tanta atención de los paparazzi le tiene bastante angustiado", comenta un amigo del nuevo protagonista de las crónicas del corazón.

Borja Moreno ha visto cómo su cómodo anonimato ha pasado a la historia para ser el foco de atención de cuantos buscan un nuevo amor para Victoria Federica. Y de ahí que en su círculo más estrecho consideren que esta amistad tiene los días contados. La hija de la infanta es consciente de la incómoda situación que está viviendo y por eso se descarta totalmente que durante estas fechas acuda al restaurante Trocadero, donde era asidua, tanto el de Sotogrande como al de Madrid. Su presencia en la sala solo serviría para dar más pie a estos rumores, que se han convertido en un nuevo quebradero de cabeza.

Y es que la decisión de convertirse en una influencer y acabar con la privacidad de muchas de sus facetas tiene su parte positiva en tanto en cuanto se pega la vida padre y puede disfrutar de un montón de experiencias que muchas chicas de su generación ni siquiera soñarían, pero también hay un peaje, ya que la fama le salpica no solo a ella, sino también a cualquier persona que tenga cerca. Ya lo dijo Sharon Stone en su día: "Las mujeres más famosas al final siempre acabamos solas". No todos los hombres están por la labor de compartir ese foco y por eso son muchos los que prefieren dar un paso atrás y seguir con la tranquilidad de su día a día. Borja Moreno ahora está probando en su propia piel el precio de la fama y puede que no esté por la labor de someterse a esa presión. Veremos si el corazón puede más que la razón. O no.