Un año de la espantá: cómo están hoy Juan Ortega y Carmen Otte, la novia que dejó plantada en el altar
Sara Tejada
Hace justo un año, el 2 de diciembre de 2023, Juan Ortega, torero y entonces prometido de Carmen Otte, protagonizó una de esas historias que parecen sacadas de una novela de García Márquez: una boda interrumpida no por objeciones del cura, sino por la propia ausencia del novio. Con los invitados ya acomodados en la iglesia de Santiago, en Jerez de la Frontera, y los móviles listos para capturar un "sí, quiero" de película, el torero decidió que mejor no. Y no es que se lo pensara en casa la noche anterior, no. Fue minutos antes de la ceremonia cuando Ortega decidió hacer lo que en términos taurinos llamaríamos una "espantá".
Carmen, la novia plantada, fue la gran damnificada del evento (o más bien del no-evento), pero, como veremos, no ha perdido la compostura ni el norte. Por su parte, el torero no solo sobrevivió al escándalo mediático, sino que lo utilizó para relanzar una carrera taurina que, hasta entonces, tenía más sombra que luces. Tras su fulminante huida, Ortega desapareció durante semanas. Se escondió en casa de un amigo, quizás buscando refugio o, como él mismo admitió más tarde, para "calmar las aguas". Ahora, instalado de nuevo con sus padres, parece haber encontrado en los ruedos el lugar para templar, nunca mejor dicho, la tormenta que dejó en la iglesia de Santiago. Antes del plantón, su cartel como torero era discreto. Pero, como bien saben los profesionales del espectáculo, no hay mala publicidad. Un año después, Juan Ortega es un nombre habitual en los carteles de las plazas más importantes de España y ha emprendido una gira que lo lleva a medio mundo. La tragedia personal, al parecer, ha resultado ser un pase de pecho directo al éxito profesional.
Sin embargo, su vida privada sigue siendo un enigma. Se le fotografió con una mujer vinculada al mundo del toro. Isabel Lozano, publicista y descendiente de ilustres empresarios taurinos, ha sido señalada como su posible nueva ilusión. Todo comenzó, según la periodista Mónica Vergara, cuando Ortega impartió unas clases sobre tauromaquia en la Universidad de Granada. Lo que comenzó como una lección sobre el arte del toreo parece haberse convertido en algo más, aunque, como buen maestro del temple, Ortega no ha confirmado nada.
¿Y Carmen Otte?
La otra protagonista de esta historia, Carmen Otte, ha optado por la discreción absoluta. Trabaja en el mismo centro médico donde lo hacía antes de aquel fatídico día y, según quienes la conocen, está enfocada en su trabajo y en reconstruir su vida lejos de los focos. En un alarde de diplomacia y quizá algo de nostalgia, Juan Ortega aseguró en una entrevista con Carlos Herrera que ambos se tienen "mucho cariño y respeto". Sin embargo, fue claro sobre su decisión de última hora: "Aquella mañana mandó el corazón. Si hubiera hecho caso a la cabeza, habría tirado por lo fácil, y habría seguido adelante". Aunque admite que no se esperaba el "terremoto informativo" que provocó, Ortega se reafirma: "No fue un arrebato. Me considero una persona templada". Su templanza, por lo visto, no fue suficiente para enfrentar a 500 invitados expectantes ni para vestirse de novio aquel día.
Si algo nos ha enseñado esta historia es que cancelar una boda en el último momento no es algo que España, con todo su bagaje de folclore dramático, pueda digerir fácilmente. Como bien reflexionó el propio Juan Ortega: "Estamos acostumbrados a que la gente se case o se divorcie, pero no a que se suspenda una boda horas antes". Y aunque Carmen Otte probablemente hubiera preferido que todo se resolviera de otra manera, la vida sigue. Según Ortega, si hubieran tenido hijos, nunca se habría permitido tomar esa decisión, lo que deja entrever que quizás fue mejor detener el tren antes de que descarrilara.
Juan Ortega, en el mejor momento de su carrera
La operación de marketing, buscada o no, le vino bien al torero para llenar plazas. A día de hoy, Juan Ortega se encuentra en el mejor momento de su carrera taurina, mientras Carmen ha encontrado tranquilidad en su rutina profesional. Ambos parecen haber tomado caminos distintos, pero lo que queda claro es que aquel 2 de diciembre de 2023 marcó un antes y un después en sus vidas. ¿Volverán a cruzarse sus caminos? ¿Será Juan Ortega el torero romántico que recuperará a Carmen con un pase de flores en un futuro? ¿O seguirá su vida girando entre el ruedo y nuevos amores discretos? Como en toda buena faena taurina, el tiempo dirá si hay ovación, indulto o una nueva "espantá". Mientras tanto, los medios seguimos atentos, porque, seamos sinceros, pocas historias tienen el drama, el suspense y el humor involuntario de una boda interrumpida por el mismísimo novio.