Isabel Pantoja cambia su testamento: esta es la ubicación que pide para sus cenizas tras la venta de Cantora
- A sus 68 años, arrastra problemas económicos y de salud
- Isabel Pantoja no se conmueve con el anuncio del embarazo de su hija: las esperanzas de Isa brillan por su ausencia
Informalia
La vida de la tonadillera ha sufrido múltiples cambios en los últimos años y no todos buenos. A la ruptura en la relación con sus dos hijos se suman sus problemas de salud, la muerte de su hermano Bernardo y la venta de Cantora, que ya ha abandonado para instalarse en una nueva casa en Madrid. No es el único inmueble del que se ha desecho: recordemos que en su plan de sanear sus cuentas y saldar su deuda con Hacienda, se ha desprendido de su piso de Fuengirola, entre otros. Así las cosas, Isabel Pantoja ha decidido modificar su testamento e introducir unos cambios en lo que respecta a sus últimas voluntades.
La cantante, de 68 años, quiere ser incinerada tras su muerte, tal y como hicieron con los restos mortales de su madre, doña Ana, y de su hermano Bernardo. Además, ha dejado escrito dónde quiere que descansen sus cenizas ahora que Cantora ya no le pertenece: en su casa de El Rocío. La cantante fue muy feliz en la aldea, rodeada de amigos y familia, incluso de amores, y es aquí donde quiere que descansen sus restos. Concretamente tras una baldosa de la Virgen que preside el gran salón, según publica la revista Semana.
Pero es más. La citada publicación añade que Pantoja también ha modificado el reparto de sus bienes en el testamento, teniendo en cuenta que ha vendido algunas de sus propiedades, y aseguran que habrá sorpresas, pues ha eliminado de la lista de destinatarios a una persona muy cercana que sí estaba incluida en el anterior testamento.
Distanciada de todos
Este cambio en el testamento llega en uno de los peores momentos familiares del clan. La relación de la tonadillera con sus hijos se encuentra en punto muerto, especialmente con su hija, Isa, que dio portazo a una posible reconciliación hace unas semanas en De Viernes, donde contó estremecedores episodios de su infancia y adolescencia en Cantora. Ahora, embarazada de su segundo hijo, no espera ya nada de su madre.
Con Kiko lleva sin hablarse ya dos años, desde que el DJ la echara de la habitación del hospital en la que se recuperaba tras sufrir una angina de pecho. Hace unos días, aseguraba: "Soy mejor persona lejos de los Pantoja".
El último vínculo de Isabel con los más jóvenes del clan era su sobrina, Anabel, a la que quiere como una hija y con la que lloró a lágrima viva al descubrir que estaba embarazada. A pocas semanas de dar a luz, aseguran que tía y sobrina ni se ven ni hablan desde hace meses: "Están muy, muy alejadas". ¿El motivo? Discrepancias con David, el novio de Anabel, y su sustitución como asistente de su tía en los conciertos con la excusa del embarazo.